El servicio de agua potable de la capital de Cuba empieza a recuperarse de los daños del huracán Charley, pero amplios sectores de la población continúan sin abastecimiento, afirmaron este jueves fuentes oficiales.
Aun cuando todavía están por debajo de sus capacidades de entrega, las principales fuentes de abasto de agua a la capital ya se encuentran trabajando, aseguró un artículo publicado por el diario oficial Granma.
De acuerdo con Jorge Kalaf, de la dirección de Recursos Hidráulicos, a mediodía del miércoles la capital había recibido cerca de un millón de metros cúbicos de agua. Antes del huracán, la entrega diaria era 1,4 millones de metros cúbicos.
Sin embargo, mientras en algunas zonas el agua entra a chorro, en otras se mantiene a cuentagotas.
El déficit hídrico golpeó con fuerza a la población habanera, al punto de que casi nadie recuerda un caso similar en la historia de la ciudad de 2,2 millones de habitantes. Seis días después del paso del huracán, hay municipios enteros sin el servicio.
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Entre los más afectados está el centro histórico de la ciudad, una de las zonas de mayor densidad de la capital, que ya sufría serios problemas por la sequía que afecta a este país isleño desde hace más de un año.
Ayer traté de sacar agua de la cisterna de mi edificio y lo que saqué fue fango, dijo Ramón Valdés, un vecino de esa parte de La Habana que, con 76 años, se siente incapaz de salir a hacer una fila de horas para conseguir un cubo de agua.
Yo no puedo cargar más de una sola vez, ni tampoco estoy para meterme en esa turba de gente para después caminar dos o tres cuadras con un cubo hasta mi casa, explica el anciano.
Incidentes de diversa índole se suceden alrededor de los carros cisternas que surten de agua a esta parte de la ciudad. Algunas familias se han visto en el extremo de no tener agua para bañarse, cocinar o beber.
Las autoridades tomaron severas medidas contra los conductores de los carros que aceptaban dinero a cambio de favorecer con más agua a algún edificio o zona determinada. Los carros se sitúan en la vía pública para el acceso común.
La medida, criticada por algunos con mayores recursos, favorece a la mayoría de los afectados. Pero el descontento aflora cuando el abastecimiento da prioridad a instalaciones turísticas o gastronómicas estatales.
Desde que pasó el ciclón he perdido como cuatro oportunidades de alquiler por no tener agua, dijo Miriam Fernández, vecina de La Habana Vieja que vive de la renta de una habitación a turistas extranjeros.
El impacto de la escasez se agrava por el intenso calor de agosto en la región del mar Caribe que, sumado a problemas de higiene por falta de agua, puede coadyuvar a la aparición de focos virales, muy comunes en esta época del año.
El vicepresidente cubano Carlos Lage dijo el miércoles que se estaban tomando las medidas necesarias de cloración del agua y, al mismo tiempo, exhortó a la población a hervir toda la que fuera a consumir para evitar brotes epidémicos.
Las interrupciones del servicio de acueducto se atribuyen a los daños que provocó Charley a la red electro-energética nacional, por los que quedaron fuera de funcionamiento las estaciones de bombeo.
El huracán categoría dos entró a Cuba en la madrugada del viernes 13 (hora local), con vientos máximos sostenidos de 165 kilómetros por hora y una presión mínima central de 973 hectopascales.
Dos horas necesitó Charley para atravesar la isla caribeña de sur a norte y provocar un verdadero desastre en territorios de las provincias de La Habana y Ciudad de La Habana, donde viven unos tres millones de los 11,2 millones de cubanos.
Fuentes del Estado Mayor de la Defensa Civil reportaron cuatro personas muertas, cuatro lesionadas y más de 200.000 evacuadas por precaución. Más de 40.000 viviendas fueron afectadas y unas 1.000 totalmente destruidas.
El monto de los daños a la economía nacional aún está por estimarse, pero el gobierno aseguró que cuenta con recursos para la recuperación. Cuba no ha solicitado ayuda internacional hasta el momento, según confirmó IPS.
De acuerdo con Granma, el abastecimiento de agua a la capital empezará a normalizarse a partir de este jueves, aunque se mantendrán serias problemas serios en algunos municipios por averías en el sistema eléctrico.
Ciudad de La Habana dispone de 69 fuentes de agua, 55 de ellas subterráneas, 13 de agua salobre y una superficial, según datos de la dirección provincial de Recursos Hidráulicos.
La normalidad para los barrios de Centro Habana y La Habana Vieja, con una población de unos 256.000 habitantes, significa volver a los niveles críticos que se vivían antes del paso de Charley.
Esa zona de la ciudad recibe el agua del Canal de Vento, una fuente severamente afectada por la sequía. Antes del huracán, el déficit de abasto se estimaba en 73.000 metros cúbicos diarios.
Más de 10.000 personas de esos barrios recibían el agua en carros cisternas, situación que deberá mantenerse en la medida en que no cambie el clima ni vuelvan las lluvias.
Lo único bueno que suelen traer los ciclones es agua, y éste no trajo ni eso, dijo Aurelia Díaz, de 37 años. En cualquier caso, no hay mal que por bien no venga: si hubiera traído agua, se habrían caído muchas más casas que las que se cayeron, dijo.