Muchos ex combatientes por la independencia de Timor Oriental muestran creciente frustración por la falta de oportunidades en un país que sufre gran debilidad económica y elevado desempleo.
Numerosos ex guerrilleros que lucharon contra la ocupación indonesia entre 1975 y 2001 participaron este mes en manifestaciones opositoras en Dili, la capital del país independiente más joven del mundo.
Se trata de un serio problema de seguridad interna para esta nación, dijo a IPS el canciller timorense José Ramos-Horta, quien realizó una breve visita a Darwin, ciudad portuaria del norte de Australia.
Los problemas de los veteranos de la independencia "son complejos y no pueden solucionarse mediante enfrentamientos violentos, sino por medios pacíficos", declaró Ramos-Horta.
La policía antimontines timorense dispersó el día 20 con gas lacrimógeno una manifestación de cientos de veteranos de la resistencia y sus simpatizantes, que reclamaban apoyo económico y el despido de agentes de seguridad que habían trabajado para las fuerzas de ocupación indonesias.
También exigían la renuncia del ministro del Interior, Rogerio Lobato.
El ex comandante de la guerrilla Falintil, Cornelio Gama, más conocido como Elle Sette (L-7, en portugués), encabezaba las protestas.
Medios de prensa locales informaron que tres personas resultaron heridas en el choque. La policía detuvo, además, a 31 personas, entre ellos al ex comandante guerrillero Labarik.
Gama evitó que lo capturaran. Las autoridades creen que se encuentra en el barrio capitalino de Bekora, donde tiene muchos seguidores.
Muchos ex guerrilleros se quejan porque creen no haber sido suficientemente consultados sobre la marcha del país que lucharon por liberar de Indonesia durante 25 años. Además, dicen no ser contemplados en los programa sociales ni para reclutamiento en el nuevo ejército nacional.
La República Democrática de Timor Oriental se convirtió el 20 de mayo de 2002 en el país independiente más joven del mundo. Así comenzó la enorme tarea de construir una nación a partir de escombros y de la ayuda internacional, después de varios siglos de dominación extranjera.
Al finalizar cuatro siglos de dominación colonial portuguesa sobre Timor Oriental, el ejército indonesio invadió ese territorio el 7 de diciembre de 1975. Unos 220.000 timorenses orientales, o un tercio de la población, murieron bajo la ocupación de Indonesia.
Ochenta por ciento de los timorenses se pronunciaron en agosto de 1999 por la independencia en un referendo patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En los meses anteriores y posteriores a la consulta, fuerzas indonesias y proindonesias mataron a 2.000 personas, desplazaron a tres cuartas partes de la población y destruyeron casi todos los edificios y la infraestructura del territorio en una ola de saqueos e incendios intencionales.
El 30 de agosto de 2001, Timor Oriental celebró sus primeras elecciones parlamentarias libres. En los comicios presidenciales de abril de 2002, el líder independentista Xanana Gusmao obtuvo 82,7 por ciento de los votos.
Timor Oriental inició su camino independiente como el país más pobre de Asia y el sexto más pobre del mundo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estimó que más de la mitad de sus 800.000 habitantes viven en la extrema pobreza, 50,8 por ciento son analfabetos y la desocupación afecta a entre 60 y 80 por ciento de la fuerza de trabajo.
La esperanza de vida al nacer es de apenas 57 años, uno de cada 10 niños muere antes de cumplir los cinco.
Dos años después de la independencia, la población parece dominada por el desánimo y la desilusión.
El Programa de Asistencia a la Reinserción de Falintil se creó en 2000 con financiamiento de la gubernamental Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
Pero el registro e identificación de los ex combatientes se vio dificultada por la inexistencia de documentación que acreditara la participación en filas de Falintil durante los 25 años de resistencia a la ocupación indonesia.
Ex combatientes fueron elegidos para integrarse en la Fuerza de Defensa de Timor Oriental, pero la ONU y el Alto Comando de Falintil acordaron que el proceso de selección sería un asunto interno de la antigua guerrilla.
"Las afirmaciones de que el registro de Falintil no fue completo y la insatisfacción con el criterio para el reclutamiento, así como las tensiones internas históricas, fueron la fuerza motriz detrás del crecimiento de los grupos de ex veteranos", sostuvo en un informe el Instituto de Políticas Internacionales con sede en Londres.
El ex funcionario de la Administración Transitoria de la ONU en Timor Oriental Edward Rees aseguró a IPS que los comandantes de Falintil aceptaron en el nuevo ejército sólo a los integrantes de Falintil leales al presidente Gusmao.
"Una importante minoría tenía una mala relación con él", agregó.
"Las viejas divisiones del movimiento de la resistencia antiindonesia se han institucionalizado, con un agrupamiento político —el de los aliados de Gusmao— hallando un sitio en las fuerzas de defensa, y los disidentes, patrocinados pro el ministro del Interior, encontrando vacantes en la policía", explicó.
De este modo, la democracia timorense "asume el enfoque regional, y quizás siga el peor ejemplo: el de Indonesia, su antiguo opresor".
Un grupo de detenidos en las manifestaciones acordaron el jueves a participar en negociaciones para resolver las disputas, en las que participaría el presidente Gusmao como mediador.
(*) Sonny Inbaraj contribuyó desde Bangkok con este informe.