Motivados por la promesa de buenas ganancias y el afán de aventura, muchos aldeanos de la cuenca del río Mekong se embarcan como pescadores en buques de empresas tailandesas. La conducta de alto riesgo de estos hombres es determinante en la propagación del VIH/sida en Asia sudoriental.
Los pescadores tienen alta movilidad. Se trasladan de sus comunidades a puntos de tránsito, de un puerto a otro, y vuelven a su lugar de origen. Esto contribuye a su vulnerabilidad al VIH/sida y a la propagación del virus en la subregión del Gran Mekong, sostuvo Raks Thai Foundation, una institución con sede en Bangkok, en un nuevo informe.
Los países del Gran Mekong son Tailandia, Birmania, Camboya, Laos, Vietnam y China.
La motivación de los hombres no se debe a que procedan de un entorno de pescadores, sino a la posibilidad de obtener buenas ganancias y al deseo de conocer el mundo más allá de sus aldeas, dice el informe al explicar por qué Tailandia atrae a pescadores de países vecinos.
El informe de Raks Thai Foundation, titulado Desenmarañando la vulnerabilidad: Un estudio sobre la prevención del VIH/sida entre pescadores migrantes y poblaciones relacionadas en Tailandia, fue patrocinado por la Fundación Rockefeller de Estados Unidos y lanzado el miércoles en la XV Conferencia Internacional sobre Sida, que terminará este viernes en Bangkok.
La alta movilidad de los pescadores migrantes estrecha el vínculo entre zonas de baja prevalencia del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y las de alta prevalencia, sostiene el documento, y señala que las mujeres con escasas opciones laborales que recurren a brindar servicios sexuales a los pescadores son especialmente vulnerables.
La prevalencia de VIH entre las trabajadoras sexuales de provincias portuarias (de Tailandia) es mucho más alta que las de otras partes del país, observa el informe. En 2003, la tasa de prevalencia para el primer grupo era de 10,87 por ciento, y para el segundo, de 3,67 por ciento, agrega.
Aunque no todos los pescadores migrantes procuran los servicios de prostitutas, los que lo hacen ponen a sus parejas y a sí mismos en situación de alto riesgo si actúan bajo los efectos del alcohol, tienen múltiples parejas sexuales y usan el condón irregularmente, sostuvo Raks Thai Foundation.
Lo más alarmante es que las prostitutas que trabajan en los puertos también tienen alta movilidad, y esto propaga todavía más el virus del sida.
Esas mujeres y adolescentes suelen quedarse sólo seis meses en un puerto antes de trasladarse a otro, dice el informe.
Promboon Panitchpakdi, presidente de Raks Thai Foundation, explicó que el estudio se concentró en Tailandia porque es un país receptor de trabajadores de países vecinos.
Los trabajadores migrantes satisfacen la falta de mano de obra en Tailandia, en especial en la industria de la pesca. La mayoría de los pescadores proceden de Birmania, seguidos por los de Camboya, y luego los de Laos, dijo Promboon a la prensa durante el lanzamiento del informe.
Las personas son más vulnerables al VIH/sida cuando su trabajo las aparta regularmente de su hogar y su familia. Con menos vínculos sociales, son más propensas a tener nuevos contactos sexuales, explicó. En cuanto a los pescadores, la naturaleza de su oficio los mantiene muchos meses en el mar, agregó.
Las normas laborales de Tailandia son desfavorables para los trabajadores inmigrantes. Menos de un tercio de ellos están registrados, mientras el resto, cerca de un millón, están en situación ilegal. Esto implica que no tienen derecho a la atención de la salud, por ejemplo.
El presidente de Raks Thai Foundation criticó al gobierno tailandés por ignorar los derechos de esos trabajadores.
Muy poco se hace por atender sus necesidades de salud, y el problema se agrava porque a los empleadores tailandeses no les interesa el destino de esos trabajadores, lamentó Promboon.
Por estos motivos, señaló, organizaciones no gubernamentales deben llenar el vacío que dejan los organismos gubernamentales.
Raks Thai Foundation planea distribuir condones gratuitos en lugares adonde los pescadores suelen concurrir, como peluquerías, almacenes, bares y salones de billar.