PALESTINA: Se agrava crisis política

El ex ministro de Información palestino Nabil Amr, opositor al presidente Yasser Arafat, se recupera en un hospital del atentado del que fue víctima la semana pasada, pero la política palestina parece seguir en crisis terminal.

"Tenían el objetivo de asesinarlo. Estuvo a punto de ser víctima mortal de un crimen político. Fue el incidente más grave contra una personalidad de la oposición", dijo Tarek, el hijo mayor del ex ministro.

Amr ya había sido objeto de varias intimidaciones e incluso estuvo brevemente secuestrado hace dos semanas. El miércoles pasado fue atacado a balazos en su residencia de la central ciudad cisjordana de Ramalá.

Amr fue ministro de Información durante la breve administración en 2003 del primer ministro Abu Mazen, y ministro de Asuntos Parlamentarios en el gabinete de Ahmed Qureia. También fue gobernador de la ciudad de Naplusa, norte de Cisjordania.

El ataque del miércoles confirmó que los enfrentamientos políticos que comenzaron en Gaza se están extendiendo al resto de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

La lucha de poder entre los propios palestinos ante el prometido repliegue israelí de Gaza el año próximo se agravó la semana pasada con la renuncia de Qureia y los últimos secuestros en Gaza organizados por grupos que exigen una reforma de la ANP y la dimisión de Arafat.

Qureia decidió abandonar el cargo en protesta por el estado de "anarquía, corrupción y caos" que reina en los territorios palestinos. Arafat rechazó su renuncia y le ofreció más control de las fuerzas de seguridad.

El sábado se realizaron en Gaza una serie de violentas protestas contra la corrupción en la ANP. Los manifestantes atacaron una estación de policía y ocuparon por unos minutos un edificio gubernamental.

Particularmente en Gaza hay cada vez más pedidos de una reforma de los servicios de seguridad, pero analistas sostienen que estas demandas son impulsadas por grupos rivales dentro del partido Al Fatah, de Arafat, sólo por intereses de poder.

Uno de los principales impulsores de las reformas es Amr, propietario del periódico opositor Al Hayat Al-Yadida.

Tarek dijo que cada vez más palestinos creen que su padre se presenta como una alternativa a la figura de Arafat, pero él lo rechaza. "Mi padre quiere reformas pero bajo el liderazgo de Arafat", señaló.

"Sólo desea que se aplique la regla de la ley. Nabil Amr quiere que el poder resida en un parlamento electo en forma democrática y no en un grupo de amigos" de Arafat, señaló.

Pero las personas cercanas al presidente se resisten a los cambios.

"Nabil Amr y otras figuras de la así llamada oposición sólo quieren una parte más grande del pastel", sostuvo Bassam Abu Shariff, asesor y estrecho aliado de Arafat.

Abu Shariff no duda de que Arafat sobrevivirá a esta crisis y seguirá ejerciendo el liderazgo, pero admitió que son necesarias las reformas. Subrayó en especial la necesidad de reducir la influencia de Al Fatah en la ANP.

"Palestina no es la tierra de Al Fatah. Arafat debe dejar de satisfacer las demandas de los miembros del partido", afirmó el asesor, y propuso conformar un nuevo gabinete presidido por Qureia con ministros electos de acuerdo con sus "méritos profesionales".

Arafat permanecerá firme en el control, incluso de los servicios de seguridad, aseguró Abu Shariff, para quien darle más trascendencia a la crisis política es "ahogarse en un vaso de agua".

"Por supuesto que (Arafat) seguirá presidiendo el Consejo de Seguridad Nacional", subrayó.

Para el asesor, el ataque contra Amr es obra de los israelíes o de algunos miembros de Al Fatah que sólo quieren "crear el caos" en Palestina.

Pero el jefe de la Oficina de Homicidios de la policía de Cisjordania, Jabr Asfour, encargado de investigar el caso, tiene otro punto de vista.

"Este ataque cruzó la línea roja. Para los palestinos, matar a un compatriota por política es algo degradante. Estamos viviendo un período muy tenso y algunas personas están tan preocupadas por sus intereses que están dispuestas a imponerse por la violencia", afirmó.

La ANP está luchando para mantener el control sobre su propio pueblo, algo que se hace muy difícil por las medidas de Israel que impiden la libre circulación de una ciudad a otra, dijo Asfour.

"Perdimos control sobre Jenín y Naplusa", en el norte de) Cisjordania, "y sobre Rafah en Gaza", señaló el funcionario.

Incluso los grupos radicales como las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, afiliadas a Al Fatah, están involucradas en esta lucha interna, y no se pueden comunicar en forma efectiva con sus miembros en otras ciudades.

Los palestinos "quieren un liderazgo político diferente, porque el actual es corrupto e ineficiente. El pueblo está peor que nunca, y los líderes no han logrado liberarlo de la ocupación israelí", señaló Asfour.

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