La presencia de la policía federal mexicana terminó con la fiesta de sexo, alcohol y algo de drogas y rock and roll con que cientos de jóvenes acompañaban al Festival Internacional Cervantino (FIC) de México, que se realiza cada año, desde hace 32, en la ciudad central de Guanajuato.
La policía arruinó en 2003 la fiesta para cientos de jóvenes, con el control de la ciudad y la prohibición de que en la vía pública se baba alcohol, se duerma, se haga escándalo o se mantengan relaciones sexuales, por lo que surgieron algunas protestas.
En la próxima edición del FIC, del 6 al 24 de octubre, la receta policial se repetirá.
La presencia de unos 800 policías en un festival que se precia de ser tolerante no deja de ser un riesgo, pues puede desvirtuar su espíritu, advirtió el escritor Carlos Monsiváis, famoso por sus poses desenfadas e irreverentes.
Para el fotógrafo de desnudos humanos Enrique Santiago, con el pretexto del escándalo se cerraron las puertas del FIC a grupos de jóvenes que buscan una opción cultural.
Creo que hay una censura vedada a todo lo joven en el festival, e incluso se han denunciado abusos de la policía, dijo el fotógrafo a IPS.
La próxima edición del FIC, que ofrecerá más de 200 presentaciones en música, teatro, danza, cine, literatura y artes visuales de creadores de 32 países, limitará al máximo los conciertos de rock y otros actos culturales en los que pueda producirse, a criterio de los organizadores, algún tipo de escándalo.
No hay ninguna censura o maltrato a los jóvenes, simplemente se necesita mayor seguridad para la FIC, pues no se podía seguir permitiendo el abuso del alcohol y los escándalos, señalaron.
Además, es necesario mantener el orden cuando se tiene una asistencia de más de 100.000 personas a los diversos actos culturales, añadieron.
El FIC, que por su diversidad se considera el festival más relevante de su tipo de América Latina, era hasta un par de años también el pretexto para que miles de jóvenes mexicanos y extranjeros se tomaran las calles y parques de Guanajuato para allí consumir alcohol y droga, bailar, tener prácticas sexuales y dormir.
Los hoteles de esa antigua urbe, de cerca de 200.000 habitantes y dueña de una arquitectura colonial de túneles y callejones estrechos, acompañados por balcones floridos, se ven copados en las fechas del festival, y muchas residencias particulares se transforman en hostales.
Para evitar problemas con los jóvenes, cierran en las noches muchos comercios de Guanajuato, que en 1989 fue declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En la edición de 2003 se pidió la presencia de la policía federal, una de las mejor preparadas, y la fiesta juvenil se redujo drásticamente luego la detención de más de 1.700 personas por hacer escándalo o beber en la vía pública.
Muchos de los detenidos se quejaron de abusos policiales el año pasado, por lo que los organizadores invitaron para la próxima edición a personal de la estatal pero independiente Comisión de Derechos Humanos, para que esté cerca de los operativos de seguridad.
La presencia de la Policía Federal Preventiva el año pasado fue muy acertada decisión y sentimos que la gente estuvo mucho más controlada, que estuvo más medida en sus acciones, señaló Gerardo Herrera, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Guanajuato.
Nicole Vaisse, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos de Guanajuato, opinó que la presencia de policías es fundamental, pues hay muchos asistentes al FIC.
El público que viaja a Guanajuato para el festival concurre a teatros, cines, exposiciones, talleres, mesas redondas y presentaciones de libros.
En la historia del FIC se presentaron cerca de 25.000 artistas de más de 80 países, un récord al que no ha llegado ningún otro festival de su género en América Latina y el Caribe.
La próxima edición del festival estará dedicado a Sudáfrica, por lo que acudirán músicos, pintores y otros exponentes de la cultura de ese país.
En materia de música, los asistentes tendrán más de 60 opciones diferentes en la próxima edición del FIC, en danza más de 10 y en teatro 13, además de docenas de otras ofertas culturales.
Está mal que los jóvenes sean relegados del festival, pues los ahuyentan con la policía y tantas prohibiciones, cuando sólo quieren disfrutar, apuntó el fotógrafo Santiago, que aspira a exponer algún día su obra en el FIC.
Si hacen cosas indebidas está bien que los detengan, pero con el pretexto de las prohibiciones también se cometen abusos contra los que sólo parecen revoltosos y el festival no puede caer en eso, pues siempre ha sido famoso por su apertura, comentó.