Viajar en tren puede deparar experiencias inusitadas en la capital mexicana, como leer gratis obras literarias locales o textos de divulgación científica redactados por especialistas de la mayor universidad de América Latina. Y todo a cambio de un boleto.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad de México sellaron un acuerdo para imprimir y prestar 250.000 librillos de unas 12 páginas a los pasajeros de la línea tres del tren subterráneo, conocido como metro.
El programa de divulgación La ciencia de boleto comenzará a fines de agosto y, en una primera fase, ofrecerá una antología de 50 títulos con un menú variado: el origen del universo y de la vida, la clonación, la depresión, la ansiedad y el sueño, dijo a IPS Mercedes Aguilar, portavoz del servicio de metro.
Prestigiados científicos universitarios se encuentran ahora en la etapa de arrastrar el lápiz para poner en español común y corriente, y en apenas 12 páginas, temas de la física cuántica, la nanotecnología, las neurociencias, las ciencias de la Tierra y la conducta sexual, entre otros, precisó.
Los textos serán proporcionados a usuarios de una línea de 22 estaciones con terminales en los dos mayores centros de educación superior de la ciudad, la UNAM, con una matrícula cercana a 300.000 alumnos, y el Instituto Politécnico Nacional.
Esa línea transporta cada día 4,7 millones de personas a lo largo de 201.388 kilómetros de vías que serpentean el subsuelo de una metrópoli con más de 20 millones de habitantes.
El convenio, insólito en la historia de la divulgación científica en este país, tendrá una duración de 25 meses a partir del inicio de la campaña, señaló la portavoz.
El programa repite el formato de Para leer de boleto, por el que cientos de miles de ejemplares con cuentos, poemas, crónicas y novelas cortas de escritores mexicanos son prestadas desde hace seis meses a los pasajeros, que deben devolverlos al término del viaje.
Para operar, el programa utilizará la infraestructura de la campaña de fomento a la lectura, iniciada en colaboración con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Los autores difundidos en la primera etapa de Para leer de boleto son mexicanos residentes en la capital, como Carlos Monsiváis, Vicente Leñero, Eduardo Hurtado, Emilio Carballido, Hernán Lara Zavala, Eduardo Antonio Parra, René Avilés y Emilia Laurini.
En 2005, la lectura ampliará horizontes, para dar lugar el colombiano premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, y a los mexicanos Carlos Fuentes, José Agustín y José Emilio Pacheco.
Al proporcionar información sobre los aspectos más actuales del conocimiento, las autoridades del metro y de la UNAM buscan incitar a los capitalinos a reflexionar sobre la importancia de estas disciplinas en la solución de problemas nacionales y mundiales, añadió Aguilar.
De fomentar la lectura se pasó a la meta más ambiciosa de divulgar ciencia. Los librillos se complementarán con la transmisión de cápsulas informativas por el sistema de parlantes en las 175 estaciones del metro capitalino.
Además, se colocarán en los vagones anuncios ofreciendo, en frases sencillas, datos científicos curiosos o interesantes.
Una pasajera, María Elena, de 16 años, admite que no suele interesarse en la lectura, y menos en temas tan complicados como los científicos.
Y acaso para justificar su decisión de no haber solicitado hasta ahora un texto literario mientras viaja en metro, sostiene que es imposible concentrarse en medio del continuo tránsito por los vagones de vendedores ambulantes e improvisados cantantes que buscan cómo ganarse la vida.
Juan Manuel Buendía, de 24 años, asegura estar convencido de la importancia de la ciencia en la vida diaria y preocupado por las consecuencias de fenómenos como el de recalentamiento del clima planetario.
A Buendía, empleado de una firma aseguradora, le interesa conocer los textos que repartirán cientos de jóvenes y promete devolverlos al llegar a destino, para que otras personas puedan estar informadas.
Ambos programas culturales se basan en la confianza. Cada copia es prestada sin requisito alguno, y no hay sanciones si no es devuelto.
Para leer de boleto se propone crear unos 500.000 nuevos lectores en un plazo de dos años, en este país de más de 100 millones de habitantes con un promedio de lectura anula de 1,2 libros por persona, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Las autoridades locales estiman que el hábito de la lectura entre usuarios del metro irá modificando hábitos de convivencia ciudadana y mejorando el respeto a las mujeres, niñas, niños y ancianos.