IRAQ: El secuestro como arma

El uso del secuestro como un arma más en la lucha de combatientes iraquíes contra la ocupación y contra cualquier extranjero sospechoso de apoyarla ya no sorprende a nadie.

El tercer funcionario de la cancillería egipcia, Mamdou Qutb, secuestrado el viernes a la salida de una mezquita, fue liberado el lunes ”por su fe religiosa y sus cualidades morales”, según un mensaje grabado de la Brigada Leones de Dios divulgado por la cadena de televisión qatarí Al Jazeera.

El primer ministro iraquí Iyad Allawi había visitado El Cairo la semana pasada, al parecer para pedir al gobierno de Hosni Mubarak el envío de entrenadores militares al país ocupado.

Allawi pidió a Egipto no ceder a las demandas de los secuestradores. Pero el gobierno de Mubarak se apresuró a asegurar que nunca tuvo planes de enviar soldados a Iraq. El anuncio fue otro de los elementos que salvaron la vida de Qutb, según el mensaje de los Leones de Dios.

También el lunes, dos camioneros jordanos fueron tomados como rehenes y amenazados con la ejecución por un grupo denominado Cuerpos Mujahidín (combatientes islámicos, en árabe), que envió un mensaje grabado al servicio televisivo de la agencia Associated Press.

Los rehenes serán ejecutados en 72 horas si la empresa de construcción y alimentación para la que trabajan los rehenes, Daoud y Asociados, no deja de hacer negocios con las fuerzas estadounidenses, según el mensaje.

Se trata de una estrategia aparentemente exitosa. Más de 60 extranjeros han sido tomados como rehenes en Iraq este año.

La mayoría han sido liberados, pero vídeos perturbadores son a menudo difundidos por los secuestradores para presionar a los países de procedencia de los secuestrados para que dejen de colaborar con Estados Unidos o de enviar tropas a Iraq.

La emisión de imágenes del filipino Angelo de la Cruz en cautiverio dieron origen a grandes manifestaciones en Manila que precedieron la retirada del pequeño contingente militar del país asiático en Iraq.

Poco antes, el surcoreano Kim Sun-il había rogado por su vida frente a las cámaras. Grandes manifestaciones se realizaron en Seúl para presionar al gobierno por el cese de la cooperación con Washington. Kim fue decapitado.

Los países que consideran enviar tropas a Iraq deben sopesar tales amenazas. La organización Ejército Islámico en Iraq secuestró a dos pakistaníes que trabajan para las fuerzas estadounidenses, y anunció que los matarán porque Islamabad considera el envío de tropas.

Los rehenes fueron identificados como Fayez Saad al-Udwan y Ahmed Salama Hassan en un video obtenido por Associated Press. En ese mensaje, ambos pidieron a la compañía cumplir con las demandas de los secuestradores.

Hassan, incluso, pidió a los árabes ”no hacer negocios con los estadounidenses y ayudar a los combatientes”.

Los autores del vídeo advirtieron que el presidente pakistaní Pervez Musharraf será hallado responsable de la muerte de los secuestrados si enviaba tropas a Iraq.

”El pueblo y el gobierno de Pakistán están profundamente preocupados por el secuestro de pakistaníes inocentes”, dijo el portavoz de la cancillería, Masood Khan.

La organización Los Abanderados del Pabellón Negro asegura tener secuestrados a un egipcio, tres indios y tres keniatas, todos los cuales conducían camiones para la empresa kuwaití Al-Tamimi.

El diario East African Standard se preguntó en un editorial por la razón de los secuestros de trabajadores keniatas, si ”Kenia no tiene tropas en el Golfo y no participó en la guerra en Iraq”.

De todos modos, el diario sostuvo que el gobierno no debería descartar negociaciones con los secuestradores, y mencionó el final feliz del caso De la Cruz.

”Cuando estos combatientes insensibles condicionan la liberación de los rehenes, el público tiende a presionar a los gobiernos. Como nosotros no adherimos a la táctica (de la guerra), el gobierno debería dialogar. Esto sería un alivio no sólo para las familias sino para todo el país”, afirmó, por su parte, el diario Kenya Times.

Imágenes como la decapitación del empresario estadounidense Nick Berg incitaron a los disidentes.

La estrategia de la resistencia iraquí parece ser cortar las vías de suministro a los militares y trabajadores que participan en las tareas de la ocupación y reconstrucción de Iraq.

Con menos trabajadores extranjeros, las fuerzas estadounidenses se verían obligadas a asumir más responsabilidades y tareas, lo cual debilitaría sus posiciones ante los combatientes. (

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