INFANCIA-ASIA MERIDIONAL: El circo del terror

El rescate de 12 niñas nepalíes atrapadas en un circo en el norte de India dejó al descubierto una gran red de explotadores. Pero para muchos niños de Asia meridional, el circo es una de las pocas posibilidades de escapar de la extrema pobreza.

"Amo mucho a mi familia y ellos dependen de mi ingreso. De hecho, mi hermana menor pudo casarse gracias al dinero que gané en el circo", dijo a IPS una de las niñas, que se hace llamar Mana. Ella enviaba dinero regularmente a su hogar en Nepal.

Mana y 11 compañeras suyas fueron repatriadas luego de que las autoridades las rescataran en la localidad india de Karnailganj, en el septentrional estado de Uttar Pradesh. Trabajó 10 años en el Gran Circo Romano, donde ganaba entre 21 y 42 dólares por mes.

Activistas de los dos países procuran la repatriación de más niños nepalíes aún secuestrados por propietarios de circos en toda India. No existen datos oficiales, pero organizaciones no gubernamentales estiman que se trata de entre 500 y 1.000.

Ochenta por ciento son niñas, y con frecuencia sufren explotación sexual.

Una 13 años que se hace llamar Meena cuenta una historia muy diferente de la de Mana. "Un conocido de mi tía me llevó a India", dijo a IPS. Allí, como acordaron sus padres y un agente local, ganaría 4,3 dólares mensuales.

Tal vez en Nepal mejoró la calidad de vida de esas familias, pero defensores de los derechos de la infancia advirtieron que Mana, Meena y los restantes niños vivían miserablemente en los circos.

Meena dice que vivió presa durante tres años, viajando a pueblos pequeños y grandes de toda India y más allá de fronteras trabajando como acróbata o payasa.

Antes de que fueran repatriadas el mes pasado, Meena y otras niñas fueron violadas por los dueños del Gran Circo Romano, según las organizaciones no gubernamentales que lanzaron una campaña en India y en Nepal que concluyó con el regreso de las menores con sus familias.

El 15 de junio, los propietarios del circo atacaron a un grupo de activistas indios y periodistas encabezados por Kailash Satyarthi, presidente de la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil, y Bachpan Bachao Andolan.

Los activistas pretendían rescatar a 23 niños nepalíes que se encontraban en el Gran Circo Romano "contra su voluntad", según aseguraron.

Más tarde, la policía del distrito de Gonda, en Uttar Pradesh, registró el circo y detuvo a sus dueños. Además, pusieron a 12 de los 23 niños en custodia judicial.

Satyarthi realizó una huelga de hambre frente al parlamento del estado de Uttar Pradesh, en Lucknow, la capital, para crear conciencia sobre el problema de los niños que trabajan en circos de toda India. Pero la policía lo obligó a poner fin al ayuno cuando su salud se deterioró.

Mientras, los propietarios de circos de India protestaron contra las organizaciones no gubernamentales y contra las autoridades locales, al tiempo que exigían la "devolución" de las niñas a las que "entrenaron y educaron".

Los dueños de los circos también afirmaron que las niñas quedarían sin trabajo y sin posibilidades de mantenerse por sí mismas.

Pero los activistas advirtieron que el problema en el Gran Circo Romano era muy serio. Una de las niñas había escrito una carta a sus padres en el poblado nepalí de Makawanpur para informarles que ella y sus compañeras eran "repetidamente abusadas y violadas" por los responsables del establecimiento.

Tras recibir la carta, cuatro padres de Makawanpur se dirigieron a India para rescatar a sus hijos. Pero no fue fácil, por lo que debieron apelar a activistas locales de derechos humanos.

Luego, la justicia del distrito de Gonda ordenó la liberación y repatriación de todos los menores en poder del circo, y dio instrucciones a la policía en tal sentido.

Al comienzo, la policía no sabía cuántas niñas nepalíes trabajaban allí. Pero ahora se conocen más detalles. Al parecer, 10 fueron trasladadas al oriental estado indio de Orissa por los responsables del circo, dijo a IPS el superintentente de policía del distrito, Amitabh Thakur.

"El problema es nuestra arraigada pobreza", dijo Anuradha Koirala, ex ministra asistente para Mujeres, Niños y Bienestar Social de Nepal y directora de Maiti, un refugio para niños en Katmandú.

"En la mayoría de los casos, los niños son vendidos y comprados por agentes circenses que saben cómo eludir a las fuerzas de seguridad en la frontera", agregó. (FIN/IPS/traen-mj/pr hd/04)

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