Nada de vacaciones en playas caribeñas o visitas guiadas a castillos de Europa: lo que usted necesita es viajar a Ecuador, donde se celebra el Foro Social de las Américas, y tomarse fotografías con los indígenas que luchan contra las grandes petroleras.
"Visite Otavalo (localidad al norte de Quito), baluarte cultural y político indígena. Conozca las organizaciones indígenas, viste sus plantaciones y compre en el asombroso mercado sabatino", reza la publicidad del grupo defensor de los derechos humanos estadounidense Global Exchange, que organiza estas "excursiones de realidad".
Dieciséis estadounidenses participan de un viaje a Quito para reunirse con activistas y visitar comunidades locales en el marco del Foro Social de las Américas, que comenzó el domingo y terminará este viernes.
Estos turistas, que tienen entre 15 y 60 años de edad, también conocerán a ambientalistas que luchan contra la construcción oleoductos en Ecuador y se reunirán con representantes de una compañía petrolera.
"Es importante entender también cuáles son los planes de la corporación", explicó la directora de Excursiones de Realidad de Global Exchange, Malia Everette de la Campa.
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La visita al Foro Social de las Américas va de acuerdo con el objetivo de la organización de estudiar "desde el terreno" el impacto del proceso de globalización y de la política exterior de Washington en el Sur en desarrollo.
"No importa cuán divertido sean los viajes, siempre que sean educativos", dijo Everette de la Campa.
En 2003, más de 2.000 personas participaron de las 149 excursiones de Global Exchange, la gran mayoría de ellas a Cuba. Pero estas cifras podrían cambiar este año luego de los obstáculos impuestos por el gobierno de George W. Bush a los viajes desde Estados Unidos a la isla caribeña.
Global Exchange también organizó excursiones para ver de cerca el impacto de la invasión británico-estadounidense a Iraq, y financió el proyecto Occupation Wath, que procura "constatar las violaciones a los derechos humanos cometidas por Estados Unidos, así como ayudar a los iraquíes", afirmó la directora de los viajes.
El grupo también es miembro fundador de Unidos por la Paz y la Justicia, una coalición contra la guerra en Iraq integrada por cerca de 800 organizaciones civiles.
Unas 10.000 personas asistirán a más de 300 actividades previstas en el Foro Social de las Américas, primera expresión continental del Foro Social Mundial, el encuentro anual de activistas que se realiza desde 2001.
Todos los turistas que participan de las excursiones tienen el deseo de conocer el mundo de primera mano, pero son distintas las motivaciones de fondo que los llevan a acercarse a la organización, explicó Everette de la Campa.
Algunos no se sienten cómodos viajando solos y desean participar de excursiones, otros enseñan inglés a inmigrantes y quieren conocer más sobre el país de sus alumnos, pero todos coinciden en que viajar no debe ser sólo diversión, añadió.
"Viajé a Río de Janeiro en marzo para ver de cerca los grandes movimientos latinoamericanos, como el de los Sin Tierra, y volví conociendo mucho más que hechos y cifras", escribió uno de los turistas en el sitio oficial en Internet de la organización.
"Estuvimos en (la noroccidental ciudad mexicana de) Tijuana visitando fábricas (maquiladoras). Hablamos con los activistas locales, escuchamos sobre sus problemas y vimos de cerca el problema de la inmigración ilegal y las políticas estadounidenses para detenerla", escribió otro.
"Y todo lo que hicimos estuvo concentrado en la globalización y cómo impacta en los mexicanos que viven cerca de nuestra frontera", añade.
Varios de los participantes, al regreso de la excursión, escribieron artículos, dieron conferencias y crearon sitios en Internet para compartir sus experiencias. Muchos recolectaron fondos para ayudar a las comunidades que visitaron.
"Nosotros siempre esperamos que las personas, al regresar, sean más activas, pero lo cierto es que algunos cuentan con más disponibilidad de tiempo que otras", dijo Everette de la Campa.
Lo que hace a las "excursiones de realidad" diferente es que se ve la verdadera cara del Sur en desarrollo, explicó.
"Los llevamos allí, a las verdaderas comunidades. Es muy diferente cuando vas y hablas con un campesino y ves cómo viven", añadió.
En 2000, los turistas de todo el mundo gastaron 476.000 millones de dólares, según la Organización Mundial del Turismo.