La crisis de suministros de gas natural argentino a Chile y el elevado precio internacional del petróleo vuelven imperiosa la búsqueda de fuentes de energía renovables y menos dañinas para el ambiente, coinciden ecologistas, parlamentarios y ministros.
En el tema de la energía, no hay que usar lo primero que se encuentra: hay que pasar de cazador-recolector a agricultor. Hay que sembrar y cosechar la energía, dijo a IPS Roberto Román, ingeniero mecánico de la Universidad de Chile y asesor del Programa Chile Sustentable.
Esta organización no gubernamental, que dirige Sara Larraín, es responsable de un anteproyecto de ley para la promoción de las energías renovables en Chile.
Confío en que si el petróleo se pone insoportablemente caro, van a surgir con fuerza un montón de otras energías, muchas de ellas renovables, que van a ser sustentables, sostuvo por su parte el ministro de Economía Jorge Rodríguez.
Estas ideas fueron debatidas en un encuentro realizado el 22 de este mes, con la presencia de Rodríguez y de parlamentarios de las comisiones legislativas de Energía y Recursos Naturales, organizado también por el movimiento ciudadano Aquí la gente, que preside Ernesto Medina.
Desde la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña a Iraq, en marzo de 2003, el precio del crudo se tornó muy inestable. Por eso, la dependencia de las importaciones que cubren 95 por ciento de la demanda de combustible de Chile, sumada a la voluble situación del gas argentino, hacen necesario buscar otras fuentes energéticas.
El proyecto de Chile Sustentable plantea la promoción de nuevas fuentes renovables no convencionales, como la eólica, la geotérmica, la solar, la mareomotriz, la biomasa y las pequeñas centrales hidroeléctricas.
La idea es habilitar incentivos tributarios y crear un fondo de promoción para la generación y uso de algunas de esas fuentes.
A juicio de Manuel Baquedano, director del Instituto de Ecología Política (IEP), las pequeñas centrales hidroeléctricas son las más factibles de implementar a corto o mediano plazo.
Se trata de obtener pequeñas cantidades de energía, pero de varios lugares. Así, no se afecta el entorno y no se produce una dependencia de las grandes centrales hidroeléctricas, dijo el ecologista a IPS.
La conciencia de la ciudadanía es fundamental en el éxito de las energías amigables con el ambiente, opinó. Con ese fin, el IEP llevará a cabo los días 7 y 8 de septiembre un seminario sobre electricidad verde, en referencia a una generación eléctrica más limpia.
La geografía chilena ofrece potenciales lugares fértiles para las energías alternativas. Por ejemplo, en el norte hay abundantes horas de sol y potencial geotérmico.
La energía solar es una de las más limpias que existen, y en el norte el sol golpea con particular intensidad. Pero su desventaja es el costo relativamente alto. En cambio, la energía geotérmica, que aprovecha la actividad incesante del fuego en el subsuelo, es menos costosa, dijo Baquedano.
Con un extenso litoral de 5.000 kilómetros sobre el océano Pacífico, Chile también puede echar mano a una alternativa poco conocida: la energía mareomotriz, que aprovecha la fuerza del oleaje para poner a funcionar turbinas.
Los fiordos y canales en el sur, que en Puerto Montt (1.000 kilómetros al sur de Santiago) tienen olas con variaciones de ocho metros, poseen un potencial enorme que no se aprovecha, dijo a IPS Antonio Horvath, senador y presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Medioambiente del Senado.
En el panel se destacó igualmente la energía de la biomasa, la extracción de gas de material orgánico en descomposición, útil para el consumo domiciliario, aunque más difícil de aplicar masivamente, por su volumen escaso.
Lo que falta es la parte política, cómo aprovechar los estudios. El problema es que no avanzamos como debiéramos, estimó pesimista el presidente de la Cámara de Diputados, Pablo Lorenzini.
La cuestión de los costos sigue siendo el principal obstáculo para innovar en la matriz energética chilena, que depende en alto grado del gas natural y de las grandes centrales hidroeléctricas, dos fuentes criticadas por sus efectos ambientales.
El presidente Ricardo Lagos inaugurará este año la controvertida central hidroeléctrica de Ralco y pondrá en marcha un proyecto para sustituir las importaciones de gas natural desde Argentina por suministros de otros países a través de buques tanque.
En la visión del mandatario, la única energía alternativa que tiene alguna viabilidad de costos en Chile es la geotermia.