Perú propuso formalmente a Chile el inicio de negociaciones para concertar un tratado específico de límites marítimos inexistente hasta el día de hoy, propuesta que ha sido rechazada por el vecino país del sur. En este contexto, dentro de una hábil estrategia de Torre Tagle basada en el poco conocido Pacto de Bogotá suscrito por Perú, Chile y los demás países latinoamericanos en 1948, el gobierno peruano habría decidido llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia, organismo que tomará la decisión final en torno a esta controversia. Así, dentro de un nuevo ámbito y en base a una filosofía más elaborada que la que ha caracterizado a nuestra Cancillería en este tema trascendental, el Perú deja de lado el campo netamente diplomático para ingresar a la etapa jurisdiccional.