El centro del poder político de Bolivia está en alerta. La plaza Murillo en La Paz fue cerrada el miércoles al tráfico vehicular y se reforzó la vigilancia policial. ¿Los motivos? Rumores de golpe de Estado que llegaron hasta oídos de altos jefes militares y hasta el Defensor del Pueblo. Este escenario, que se configura a escasos cuatro días del referéndum del gas, incluye además amenazas de atentados contra objetivos del Estado, situación que un grupo elite de la policía investiga desde el miércoles. Paralelamente, entre la noche del martes y la madrugada del lunes, se registraron algunos hechos que llaman la atención. Un inusual operativo militar fue realizado en la plaza Murillo sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo con la participación de uniformados que simularon un ataque y posterior defensa de instalaciones oficiales, según registraron varios canales.