El paso por costas españolas del submarino atómico Tireless, de Gran Bretaña, ilustra diferencias ante la energía nuclear. Mientras Madrid quiere limitar su uso y eliminarla a mediano plazo, Londres procura impulsarla como arma contra el cambio climático.
La ministra de Medio Ambiente de España, Cristina Carbona, admitió que la energía nuclear es más barata y no emite gases que recalientan la atmósfera. Pero, mientras no haya una respuesta científica al tema de los residuos radiactivos, es una opción que debemos rechazar, dijo a IPS.
En cambio, el primer ministro británico Tony Blair reconoció el martes ante el Parlamento que hay presiones de Estados Unidos para que se instale en Gran Bretaña una nueva generación de reactores, más seguros y baratos que los 19 existentes en ese país.
Según Blair, si somos serios en relación con el cambio climático no se puede eliminar la energía nuclear de la agenda de un gobierno. Esa energía, al contrario de la producida por la combustión de hidrocarburos, carbón y leña, no contribuye al recalentamiento de la Tierra, dijo.
De igual modo opina el polémico ecologista británico James Lovelock, para quien la energía nuclear es la única solución verde, y el recalentamiento del clima es un peligro mayor que el del terrorismo internacional.
Es explicable el temor de Lovelock por el recalentamiento, que indudablemente es un problema, pero debe encararse con otras medidas y no agregando uno nuevo, dijo a IPS el presidente de la organización ambientalista Greenpeace España, Juan López Urralde.
No nos olvidemos de que los residuos radiactivos duran al menos 3.000 años, con previsibles escapes radiactivos en sus lugares de depósito, sean bajo tierra o en alta mar, añadió.
Además, la energía nuclear tiene una vinculación directa con las armas estratégicas y de destrucción masiva y su costo de producción es mayor que el de las energías tradicionales, sostuvo.
La apuesta debe ser el desarrollo de energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica, opinó López Urralde.
Aunque Madrid no descarta en lo inmediato las fuentes tradicionales, Carbona apuesta por diversificar la oferta hacia iniciativas limpias.
Como primer paso, se elevará de 9.000 a 20.000 megavatios la potencia instalada con fuentes eólicas que preveía el Plan de Fomento del anterior gobierno del derechista Partido Popular, que entregó el poder el 17 de abril a la actual administración socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
En la Unión Europea están en funcionamiento 153 reactores nucleares, nueve de ellos en España y 59 en Francia. Con una potencia instalada de 133.607 megavatios, esas centrales proveen 38 por ciento de la electricidad que se consume en los 25 países del bloque.
La polémica sobre la energía nuclear está instalada. Este viernes, el submarino Tireless hará una visita de rutina a costas españolas, explicó Londres, despertando críticas en todos los sectores de la vida española.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, convocó este jueves al embajador británico Stephen Wright para expresarle un profundo malestar por esa visita que marcará un punto negativo en las relaciones bilaterales, dijo.
Tras una respuesta negativa a la solicitud de cancelar la visita, León reclamó a Wright que transmita a Londres la necesidad de que esa escala se acorte todo lo que sea posible y se efectúe con todas las garantías técnicas de seguridad.
El mismo submarino atómico estuvo fondeado un año en el puerto de Gibraltar, en el extremo sudoccidental de España, sobre el estrecho del mismo nombre, entre el 19 de mayo de 2000 y el 7 de mayo de 2001.
Por entonces, su amarre se debió a una avería en el sistema de refrigeración del reactor, reparado en el mismo puerto pese a las protestas de Madrid, la oposición, los sindicatos y organizaciones no gubernamentales de España que, además, reclaman la soberanía sobre el Peñón de Gibraltar, en manos británicas.
Según Greenpeace, el Tireless es al menos el noveno submarino atómico que atraca en Gibraltar desde que comenzó la invasión estadounidense y británica contra Iraq, en marzo de 2003.
La organización ecologista asegura que todos los buques contaban con propulsión nuclear y capacidad de transportar armas atómicas.
Activistas de Greenpeace fotografiaron a dos submarinos estadounidenses en aguas de Gibraltar en febrero de 2003, durante los preparativos de la invasión.
Poco después, en abril, detectaron al submarino británico HMS Turbulent, similar al Tireless. En junio al estadounidense USS Hampton. En octubre, nuevamente al Turbulent, y en mayo de este año a los británicos Trenchant y HMS Sovereign. Este mes, Geenpeace avistó al estadounidense USS Albany.
Greenpeace no descarta la presencia de otros submarinos nucleares en la zona del estrecho, que además registra intenso tráfico marítimo. Por eso hay un serio peligro no solamente en esas aguas, sino en todo el mar Mediterráneo, continuamente atravesado por estos buques, señala la organización.
El Mediterráneo debería ser declarado libre de submarinos nucleares, pues su presencia en los mares o en los puertos somete a la población y al ambiente a riesgos graves e innecesarios, concluye Greenpeace.