La Unión Europea (UE) apercibió a dos países miembros, Grecia e Italia, porque no establecieron planes de reducción de sus emisiones de gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario.
La comisaria de Ambiente de la UE, Margot Wallström, dijo este miércoles que envió advertencias por escrito a ambos países porque no entregaron en el plazo previsto —antes del 31 de marzo— sus planes de recorte de emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono y otras sustancias.
Estos gases son derivados de la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, y la mayoría de los científicos coinciden en que son causa del recalentamiento de la atmósfera terrestre, que provoca graves trastornos climáticos.
De acuerdo con el Protocolo de Kyoto, tratado internacional que ordena la reducción de esas emisiones, la UE estableció para cada uno de sus países una cuota de derechos de emisiones, que se distribuye entre los sectores de la industria, la energía, la construcción y el transporte.
El mismo miércoles, la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, aceptó ocho planes nacionales de asignación de emisiones. Los de Dinamarca, Eslovenia, Holanda, Irlanda y Suecia fueron aprobados.
Los de Alemania, Austria y Gran Bretaña fueron aceptados a condición de que se efectúen modificaciones técnicas.
De todos modos, la Comisión remitió advertencias a 11 miembros del bloque (los 15 miembros más antiguos, excepto Alemania, Austria, Francia y Suecia) por no convertir la Directiva de Comercio de Emisiones en ley nacional antes del 31 de diciembre pasado.
Wallström se declaró decepcionada con la respuesta de algunos países de la UE.
Estoy complacida de que la Comisión haya aprobado una primera serie de ocho planes nacionales de asignación, pero estoy decepcionada porque algunos estados miembros toman con lentitud las medidas necesarias para garantizar un comienzo sin problemas del comercio de emisiones el año próximo, agregó.
Si la UE quiere mantener su liderazgo en la lucha contra el cambio climático, debe demostrar su determinación a través del esquema de comercio de títulos de emisión, y todos los estados miembros deben participar, sostuvo.
Los planes de asignación de emisiones constituyen una importante arma en la lucha contra el cambio climático.
La UE planifica lanzar en enero el primer esquema mundial de comercio de títulos de emisión de gases invernadero.
El esquema se traza por la promesa de la UE de recortar las emisiones ocho por ciento respecto de los niveles de 1990 entre 2008 y 2012, una meta que supera los compromisos del Protocolo de Kyoto aunque el acuerdo aún no haya entrado en vigor.
El Protocolo de Kyoto ordena a los gobiernos a asignar cuotas de emisiones a sus industrias. De excederse, las empresas deberán pagar una multa, pero si sus emisiones son inferiores al cupo, podrán vender permisos de uso del volumen restante a otras compañías que estén excedidas.
Esta bolsa de emisiones tiene el objetivo de incentivar a las compañías a contaminar menos y alcanzar así los objetivos del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
El Protocolo, firmado en 1997 en esa ciudad japonesa, establece que los países industrializados deberían reducir 5,2 por ciento sus emisiones de gases invernadero, en especial el dióxido de carbono, respecto de los volúmenes emitidos en 1990, meta a cumplirse antes 2012.
Aunque el protocolo ya fue ratificado por 120 países, no llegan a sumar 55 por ciento de las emisiones de gases invernadero del Norte industrial, mínimo exigido para su puesta en vigencia. La ratificación de Rusia bastaría para que entrara en vigor.
La UE y los gobiernos de los países miembros asignarán cuotas de emisión de gases invernadero a unas 12.000 fábricas de acero, centrales de energía, refinerías de petróleo, fábricas de papel y de cemento.
El precio de los títulos de las cuotas de emisión no será fijado por la Comisión Europea ni por institución comunitaria alguna, sino que será negociada entre empresas compradoras y vendedoras.
Este tipo de mecanismo flexible tiene la intención de lograr una reducción de las emisiones de acuerdo con los objetivos trazados en el Protocolo de Kyoto y en un modo eficaz, al mismo tiempo que transfiriendo tecnología a los países en desarrollo, según la Comisión Europea.
Una empresa también puede obtener créditos de emisión vendiendo tecnología limpia a países en desarrollo.
Las empresas europeas, al participar de proyectos de reducción de gases contaminantes en otros países del mundo, obtendrán créditos para incrementar sus derechos de emisión dentro del bloque.
Se trata del Mecanismo de Desarrollo Limpio, previsto también en el Protocolo de Kyoto, por el cual los países industriales podrán disminuir su ritmo de reducción de emisiones si a cambio invierten en proyectos que empleen fuentes limpias de energía en el mundo en desarrollo.
Los ocho planes nacionales aceptados este miércoles abarcan más de 5.000 de las 12.000 empresas europeas del régimen de cuotas, lo cual, según Wallström, demuestra el compromiso de la UE con el esquema.
De todos modos, el no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) sostuvo que los planes vigentes permiten aumentos significativos en las emisiones, lo cual habilitaría a las industrias a agravar el recalentamiento del planeta.
El activista Stephan Singer, de WWF, lo atribuyó a la inacción de los gobiernos europeos y a la presión de poderosas industrias. (