La contaminación tóxica no está solo alrededor de los seres humanos sino dentro de ellos, según un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) para el cual se han extraído muestras de sangre a ministros y legisladores de la Unión Europea (UE).
Hemos encontrado en promedio 30 productos químicos en todas las muestras que hemos analizado. Son químicos peligrosos y tóxicos, y pueden causar varias enfermedades, como cáncer, dijo a IPS Matthew Wilkinson, de WWF.
Mediante esos análisis, se detectaron trazas de 76 productos industriales tóxicos, persistentes y bioacumulativos en la sangre de 39 integrantes del Parlamento Europeo.
Hace dos años, el hoy ex ministro de Ambiente británico Michael Meacher se sometió a la prueba en busca de 101 sustancias. Como la de otros funcionarios, su sangre contenía trazas de numerosos químicos peligrosos. Pero su gobierno no tomó medidas al respecto.
Tampoco se aguardan grandes reacciones ahora, cuando el sucesor de Meacher, Alun Michael, aportó su muestra de su sangre a WWF, durante la conferencia ministerial de la Unión Europea (UE) sobre ambiente y salud en Budapest.
Esta es la ocasión para que se analicen a fondo medidas de prevención contra las sustancias químicas tóxicas para incluirlas en la ley comunitaria aún está a estudio de varios países del bloque, que el Parlamento Europeo comenzará a analizar a comienzos del año próximo, dijo Wilkinson.
El borrador, conocido desde mayo de 2003, propone la creación un nuevo mecanismo para el control de sustancias denominado Registro, Evaluzación y Autorización de Químicos.
Una de las principales propuestas es que los fabricantes e importadores registren todas las sustancias que pretendan introducir en el mercado en cantidades superiores a una tonelada, y que aporten información sobre sus propiedades, riesgo y uso de esos productos.
En cuanto a las importaciones de más de 10 toneladas, se requerirá un estudio de riesgo y seguridad. Los polímeros estarán exceptuados del registro y evaluación.
Los legisladores europeos están parados sobre un territorio desconocido. Hay unos 100.000 productos químicos en el mercado, y cerca de 99,9 por ciento no están regulados, explicó Wilkinson.
Hay una gran carencia de información sobre sus efectos, y sobre la toxicidad que puedan causar al ambiente y a nuestros cuerpos, agregó.
Varios ambientalistas muestran preocupación ante la posible insuficiencia de la iniciativa, mientras la industria química presiona en dirección contraria.
El gobierno británico debe mostrar firmeza contra la presión de la industria química para diluir estas regulaciones, dijo el encargado de la campaña de WWF sobre químicos y salud, Justin Woolford.
La legislación a estudio ampliará las listas de sustancias químicas de registro obligatorio, lo cual abrirá paso a acciones correctivas, dijo Wilkinson.
Una encuesta realizada por WWF en Alemania, España, Francia, Gran Bretaña, Italia y Polonia indica que cuatro de cada cinco personas están preocupadas por las sustancias químicas que ingresan en los organismos vivos, incluidos seres humanos.
La mayoría de los entrevistados dijeron estar dispuestos a pagar más por sus productos de consumo si eso significa que la industria química deje de fabricar sustancias peligrosas.
Los franceses (80 por ciento) fueron los más dispuestos, y los españoles (55 por ciento), los menos.
El efecto de muchos productos químicos es desconocido, pero estudios científicos identificaron varios riesgos, según una compilación realizada por WWF.
La organización ambientalista apuntó contra las alfombras sintéticas, gomas, látex, cubiertas plásticas, pinturas, barnices, quitamanchas, detergentes y productos de tapicería.
Los estudios advierten contra la presencia del bactericida Triclosan en el dentífricos y enjuagues bucales, así como contra el uso indebido de alimentos enlatados y artefactos eléctricos. (