Estados Unidos contará con la bendición del nuevo gobierno interino de Iraq para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) legitime la ocupación militar del país árabe hasta enero de 2006.
El flamante canciller iraquí Hoshyar Zebari visitará esta semana Nueva York, donde proclamará el apoyo de su gobierno al proyecto de resolución que en tal sentido han presentado Estados Unidos y Gran Bretaña al Consejo de Seguridad de la ONU.
La iniciativa asegura que los iraquíes poseerán la plena soberanía del país, aunque las tropas extranjeras permanecerán en su territorio.
La continuidad de la presencia de más de 150.000 soldados en Iraq al margen de la autoridad del gobierno nacional reduce las promesas de soberanía a una farsa, advirtieron diplomáticos acreditados en la ONU.
La iniciativa estadounidense-británica, una variante de un proyecto presentado la semana pasada, también llama a la creación de una fuerza militar multinacional sobre la cual el gobierno interino iraquí carecerá de autoridad.
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De aprobarse la resolución en el Consejo de Seguridad, la nueva fuerza se encargaría de proteger a los trabajadores humanitarios de la ONU en Iraq.
China y Francia —miembros permantes del Consejo y, en consecuencia, con derecho a veto sobre sus resoluciones— advirtieron que la implementación de la propuesta no cumpliría con las promesas de soberanía plena.
El embajador de China en la ONU, Wang Guangya, dijo este miércoles a la prensa que la restauración de la soberanía plena no se ha reflejado totalmente en la propuesta estadounidense-británica.
Washington y Londres estrecharon el significado de la palabra 'soberanía' a su mínima expresión, indicó a IPS el presidente de la organización no gubernamental humanitaria Consciense International, James E. Jennings.
En este caso, 'soberanía' no quiere decir 'gobierno autónomo', sino administración militar conjunta estadounidense-británico-iraquí bajo el vetusto sistema feudal de Iraq. El requisito fundamental de cualquier gobierno —la legitimidad— se extravió, ironizó Jennings.
El nombramiento de un nuevo gobierno interino, a cargo del Consejo de Gobierno Iraquí antes designado por Estados Unidos, también fue manipulado diestramente por Washington, sostuvo el activista, quien viajó en numerosas ocasiones a Iraq.
Toda la escena parece sospechosamente guionada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El pueblo iraquí no se dejará engañar, pero es posible que el estadounidense sí, advirtió.
Los puntos de vista de Jennings son compartidos por expertos de Medio Oriente y por diplomáticos de la ONU, que se quejan de que el foro mundial haya sido utilizado otra vez como cobertura política por Estados Unidos para establecer su propia agenda iraquí.
Washington sometió al enviado especial de la ONU a Iraq, Lakhdar Brahimi, a fuertes presiones, a tal punto que debió ceder a la manipulación, dijo a IPS la experta Phyllis Bennis, del Instituto de Estudios Políticos radicado en Washington.
Brahimi colapsó bajo la presión estadounidense, con el nombramiento, en el Consejo de Gobierno Interino designado y controlado por Washington, del primer ministro y otros altos funcionarios, dijo.
El flamante primer ministro Ayad Allawi fue supuestamente designado por el Consejo de Gobierno en consulta con Brahimi, pero la participación del representante de la ONU en el proceso no está del todo clara.
Un diplomático árabe aseguró que detrás del nombramiento se ocultaba la mano del jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición ocupante, el estadounidense L. Paul Bremer.
Ahora, en todos los puestos hay integrantes del disuelto Consejo de Gobierno Interino, con la credibilidad internacional que da el aval del proceso por parte de la ONU, agregó la experta.
Allawi, un neurocirujano educado en Gran Bretaña, tiene estrechos vínculos con la inteligencia de Washington y de Londres, según informes de prensa procedentes de esas dos capitales.
Según diversas versiones, la designación tomó a Brahimi por sorpresa, aunque el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se negó a admitirlo.
Nunca fue la intención que la ONU designara e impusiera un gobierno a los iraquíes, dijo Annan el martes.
En cierto sentido, el señor Brahimi hizo exactamente lo que se preveía que hiciera y de acuerdo a lo que desde el principio fue su mandato, agregó.
La consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, negó vehementemente que Washington hubiera determinado la integración del nuevo gobierno, cuyos miembros no son marionetas de Estados Unidos, aseguró.
El martes, el propio presidente George W. Bush dijo que su gobierno no tuvo ninguna intervención en el proceso, y aseguró que los integrantes del nuevo gabinete iraquí fueron seleccionados por Brahimi.
Pero la semana pasada, el propio Brahimi había relativizado su libertad de acción. Ustedes saben, a veces la gente cree que tengo libertad de acción, que tengo las manos libres para hacer todo lo que quiero, dijo.
El profesor asociado de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de California, As'ad Abukhalil, dijo que Brahimi está desacreditado ante la población iraquí al punto que se lo considera un mero títere de Estados Unidos.
No queda claro si la misión de Brahimi está comprometida por la interferencia estadounidense, manifestó Abukhalil.