INDIA: Derrota resquebraja al partido Bharatiya Janata

– Tras la derrota el mes pasado en las elecciones de India, el partido derechista hindú Bharatiya Janata se debate entre desempolvar una agenda fundamentalista o aceptar su responsabilidad por la violencia religiosa.

El líder más visible del partido hoy opositor, Atal Bihari Vajpayee, atribuyó su derrota en las urnas a la impunidad de una matanza de musulmanes, cometida en febrero y marzo de 2002 por una multitud de hindúes fanáticos.

Vajpayee, que abandonó el cargo de primer ministro tras las elecciones de abril y mayo, admitió que debió haber removido a Narendra Modi, jefe del gobierno del occidental estado de Gujarat, donde 2.000 musulmanes fueron asesinados.

”Hubiera sido mejor cesar” a Modi, dijo el domingo ante las cámaras de la televisión británica el ex jefe del gobierno indio.

Pero dirigentes de la línea dura de Bharatiya Janata se lo impidieron entonces. El mismo sector alzó ahora la voz en defensa de Modi.

”No hay ninguna propuesta de cambiar el liderazgo en Gujarat”, dijo este lunes el presidente de Bharatiya Janata, Venkaiah Naidu. Por lo tanto, agregó, el asunto no será discutido por el Comité Ejecutivo Nacional del partido, que se reunirá el 23 y el 24 en Mumbai (ex Bombai).

Naidu estuvo a cargo de una conferencia de prensa convocada para limitar los daños que ocasionó la franqueza de Vajpayee, de 78 años, quien expresó su controvertida opinión mientras se encontraba de vacaciones en la localidad montañosa de Manali.

Vajpayee representa el ala moderada de Bharatiya Janata, pero Naidu y otros dos dirigentes, Pramod Mahajan y Arun Jaitley, integran, según observadores, un triunvirato que ejerce el poder real en el partido desde 1998.

Naidu, Mahajan y Jaitley propusieron adelantar las elecciones y se salieron con la suya, a pesar de que Vajpayee pretendía completar en septiembre su periodo de gobierno.

La línea dura de Bharatiya Janata tienen el apoyo de la Organización Nacional de Autoayuda (RSS, por sus siglas en hindi), usina ideológica externa del partido. La RSS ha sido proscripta en varias ocasiones por sus llamados a la violencia.

El líder de la organización, K. Sudarshan, advirtió que Vajpayee debió haberse contenido de expresar su opinión sobre la masacre de Gujarat ante la prensa británica, a la que considera sesgada.

”Algunos que se consideran modernos, liberales y de mentalidad amplia tratan de mantener vivos los alzamientos de Gujarat”, dijo Sudarshan. De sus declaraciones no se puede deducir con claridad si aludía a Vajpayee.

El dirigente hinduista consideró que los medios de lengua inglesa nacionales y la prensa internacional ignoraron el detonante de la violencia en Gujarat: la muerte en febrero de 2002 de 59 hindúes en un tren incendiado por musulmanes en la estación ferroviaria de Godhra.

La mayoría de los observadores consideran que Modi alentó, o al menos no reprimió, los pogrom antimusulmanes en Gujarat, que dejaron a medio millón de personas sin techo. Bharatiya Janata ganó las elecciones celebradas en el estado en noviembre de ese mismo año.

Pero al partido hinduista no le fue tan bien este año. De hecho, el triunfo electoral el mes pasado del Partido del Congreso, tras ocho años en la oposición, es considerado un avance del secularismo.

Pocos días antes de las elecciones, la Corte Suprema de Justicia acusó a Modi, a quien calificó de ”moderno Nerón”, de los asesinatos, violaciones y saqueos contra musulmanes en 2002. La Corte Suprema de Gujarat había desacreditado las demandas iniciadas por las víctimas.

Antes de las declaraciones de Vajpayee, su viceprimer ministro y actual líder de la oposición parlamentaria, Lal Krishna Advani, había atribuido la derrota de Bharatiya Janata a la política económica, que enriqueció a la clase media urbana pero empobreció a los agricultores.

La línea dura del partido propone ahora dejar de lado a sus socios en la coalición Alianza Democrática Nacional y enarbolar una agenda prohinduista.

El ascenso meteórico de Bharatiya Janata comenzó en los años 80, con discursos que alentaban el fundamentalismo hindú.

Así, el partido exigió a los musulmanes del septentrional estado de Babri Masjid la entrega del sitio de la mezquita Babri Masjid, construida en el siglo XVI. Según los hindúes, el templo descansaba sobre las ruinas de un templo dedicado al dios Ram.

Su campaña fue el preludio para la demolición en 1992 de la mezquita a manos de una turba de hindúes.

La destrucción de la mezquita desencadenó una ola de violencia religiosa en los estados del norte que terminó con miles de muertos y conmovió la identidad multiétnica y multirreligiosa de la sociedad india.

Diez años después, el fantasma de Babri provocó una nueva masacre, esta vez de religiosos hindúes. Los 59 muertos en Godhra regresaban de Ayodhya, donde exigían la reconstrucción del templo a Ram en el sitio en que se encontraba Babri Masjid.

Esa masacre desató el pogrom contra los musulmanes de Gujarat, que acabó con más de 2.000 vidas. Activistas de derechos humanos y dirigentes islámicos acusaron al gobierno de Modi de tolerar e incluso alentar esa persecución antiislámica.

Como consecuencia, Bharatiya Janata, que para 1998 había desplazado al Congreso como mayor partido político de India, perdió influencia en los estados del norte. El año pasado, el sector sufrió una humillante derrota en las elecciones estaduales de Uttar Pradesh.

Pero el líder del Foro Mundial Hindú, Pravin Togadia, que apoya a Bharatiya Janata, dijo el lunes que Vajpayee precipitó los fracasos electorales al intentar ”apaciguar a las minorías”.

Togadia se refería a los llamados de Vajpayee a la tranquilidad y en defensa de los derechos de la comunidad musulmana. Además, desde el gobierno bloqueó todas las propuestas sobre el destino del sitio donde se encontraba la mezquita Babri Masjid.

El resurgimiento del Partido del Congreso supone también el renacimiento de las tradiciones seculares de este país, cansado de la violencia sectaria. Ochenta por ciento de los habitantes profesan la fe hindú.

El nuevo primer ministro, Manmohan Sing, es un seguidor de la religión sij, al igual que dos por ciento de los indios. El presidente (jefe de Estado), Abdul Kalam, es musulmán.

Y la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, católica e italiana de nacimiento, es la dirigente política más poderosa del país.

El Partido del Congreso gobernó India de forma ininterrumpida desde la independencia en 1947 hasta 1996. El sector fue derrotado en las urnas por el izquierdista Frente Unido, y en 1998 lo sucedió el partido conservador e hinduista Bharatiya Janata.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe