ESTADOS UNIDOS: Votos en el aire

– Crece en Estados Unidos el clamor por el establecimiento de registros de votos en papel, para añadir mecanismos de control que impidan manipulaciones electrónicas indebidas en los comicios presidenciales de noviembre.

El condado de Carroll, en el estado de Ohio, no compró, como preveía, una máquina de votación electrónica para las próximas elecciones. La Alianza Ciudadana por Elecciones Seguras (CASE) atribuye la decisión a sus presiones.

CASE desarrolla una de las muchas campañas nacionales y locales para que los gobiernos en ambos niveles establezcan, a guisa de garantía, un ”rastro de papel” para cada sufragio electrónico.

”Muchos de nuestro miembros asistieron a reuniones de las juntas electorales. Les hemos enviado faxes, así como mensajes por correo electrónico y postal”, dijo Dan Kozminski, activista de CASE en Cleveland, Ohio.

”Hemos trabajado con VerifiedVoting.org y con la Fundación Frontera Electrónica para que sus miembros en Ohio llamaran a las juntas electorales (de sus localidades) y les pidieran que frenaran sus planes”, agregó Kozminski.

En todo Estados Unidos, considerada ejemplo de democracia para cientos de millones de personas de todo el mundo, surgió en los últimos meses un movimiento de luchar por el derecho universal del voto en los comicios presidenciales del 3 de noviembre.

El reclamo de respaldo en papel a los votos emitidos electrónicamente es parte esencial de esas gestiones.

Hasta ahora, CASE intervino en las decisiones tomadas en 28 de 31 condados en el estado de Ohio para no aprovechar el financiamiento federal destinado a comprar las maquinarias de votación electrónica, dijo Kozminski a IPS.

”El voto electrónico será la ola del futuro. Me siento cómodo con las computadoras, y trabajé como programador. Pero se están apresurando con el procedimiento, sin pensar y sin promover una tecnología bien segura, confiable y verificable”, sostuvo el activista.

El debate se desató en varios sitios web de organizaciones no gubernamentales y salas virtuales de conversación, pero ahora saltó a los medios de comunicación convencionales.

Una de las voces más citadas es la de Bev Harris, autora de ”Black-Box Voting: Ballot Tampering in the 21st. Century” (”Votación en caja negra: Manipulación del sufragio en el siglo XXI”). Se trata de una periodista especializada en fraudes en votaciones electrónicas.

Harris exhorta a voluntarios a unirse en grupos de supervisión de elecciones, a los que ha denominado ”Clean-Up Crews” (”equipos de limpieza”), que trabajarían como observadores en noviembre, cuando el presidente George W. Bush se enfrente a John F. Kerry, del opositor Partido Demócrata.

”Algunos miembros del 'equipo de limpieza' transmitirán los problemas instantáneamente a los medios. Otros recogerán información necesaria para rápidos litigios y controlarán las anomalías estadísticas de los resultados”, dijo Harris en un mensaje por correo electrónico.

La periodista solicita a aquellos que estén preocupados por los mecanismos electorales a aplicarse en sus distritos a comunicar sus preocupaciones, para que acudan allí los ”equipos de limpieza”.

Muchos activistas mencionan una carta remitida para recaudar fondos por Diebold, la principal fabricante de terminales electrónicas de votación del país, como prueba del vínculo directo entre funcionarios electorales y compañías.

”Estoy comprometido a ayudar a Ohio a pronunciar sus votos a presidente el año próximo”, escribió ya en 2003 el empresario Wally O'Dell, presidente y gerente general de Diebold, compañía con sede en el meridional estado de Texas, el mismo del que fue gobernador el presidente Bush.

En mayo, O'Dell dijo al diario The New York Times que la misiva fue un ”enorme error”.

Las máquinas de votación sin papel fueron uno de los grandes problemas que surgió en las elecciones presidenciales de 2000, que concluyeron con la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminando el triunfo de Bush.

El máximo tribunal validó la victoria de Bush sobre el demócrata Al Gore por la ventaja de 537 votos en el sudoriental estado de Florida, gobernado por Jeb Bush, hermano del entonces mandatario electo.

Gore había superado a Bush en número de votos en todo el país, pero el sistema de votación estadounidense es indirecto y los sufragios de Florida fueron decisivos.

El acalorado debate originado por el escrutinio de 2000 llevó al Congreso legislativo a aprobar dos años más tarde la Ley de Ayuda al Voto Estadounidense, que asigna dinero a los estados para que remplacen sistemas anticuados de votación, entre ellos los de máquinas perforadoras.

Pero la ley no obligó a los estados a garantizar por medio de papeletas de votación o registros escritos los sufragios electrónicos.

Sin tal requisito, según Kozminski, ”no es posible auditar los resultados, tener un recuento significativo… El único modo de recuento es regurgitar la misma información de las máquinas, y eso no es un recuento”.

Funcionarios del nororiental estado de Maryland contrataron a un experto en computación para intervenir subrepticiamente en una elección ficticia.

Para manipular los datos, el técnico sólo necesitó cinco minutos, con programas que cualquier estudiante de los primeros años de escuela secundaria habría podido obtener en Internet, dijo Kozminski.

La alarma sobre las máquinas a utilizar en las elecciones de noviembre crece día a día.

Dos condados del estado de Florida, incluido el de Miami-Dade, tuvieron problemas en las elecciones de 2003.

Se prevé que un tercio del electorado podrá votar electrónicamente en noviembre, otro tercio utilizará maquinaria de escáner óptico, 20 por ciento empleará tarjetas perforadas y 13 por ciento, aparatos con palancas, según la empresa Election Data Services..

Las pruebas realizadas a las máquinas para la emisión de votos mostraron que el sistema está ”plagado de problemas, incluidos conflictos de intereses y una perturbadora falta de transparencia”, advirtió el 30 de mayo el diario The New York Times en un editorial.

”Los votantes deberían reclamar reformas, y también un registro verificado de su voto en papel”, sostuvo el periódico.

A comienzos de mes, la organización Moveon.org, dedicada a promover la derrota de a Bush en noviembre, lanzó su propia campaña de promoción del voto en papel, basado sobre una petición en línea y a través del correo electrónico.

”Le exhorto a asegurar que todos los votantes podrán verificar los votos. No deberíamos tener que confiar en las máquinas electrónicas: deberíamos poder verificar nuestros votos en papel”, dice la petición

”Noviembre se acerca. Por favor, proteja mi voto como si fuera el suyo propio”, agrega.

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