La producción ilegal de opio en Afganistán es una bomba de tiempo que explotará en Europa, advierte un estudio recién publicado por la agenca antidrogas de la Organización de las Naciones Unidas.
La destilación de opio afgano aumentará este año, lo cual tendrá un importante efecto en Europa occidental, advirtió la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Afganistán produjo 3.600 toneladas de opio en 2003, equivalentes a unos 1.200 millones de dólares, indica el anual Informe Mundial sobre Drogas de la agencia, publicado este viernes. La producción es la segunda en la historia del país.
La producción mundial de opio, del cual se extrae la heroína, se ha mantenido estable en los últimos años, con entre 4.000 y 5.000 toneladas, y cada vez más concentrada en Afganistán. Este país, Birmania y Laos producen más de 90 por ciento del opio.
La ONUDD refleja el efecto de la producción afgana en la cultura de la droga de todo el mundo. El destino del mercado mundial de la heroína depende en gran medida de lo que sucede en ese país, indica el informe.
La producción en Birmania y en Laos, por otra parte, continúa cayendo.
El problema real que tenemos ahora es Afganistán, dijo a IPS el funcionario a cargo de las investigaciones de ONUDD, Thomas Pietschmann. Prevemos que el opio afgano tarde apenas un año en llegar a Europa occidental confertido en heroína, añadió.
Esto constituye un desafío significativo para todos los avances experimentados en Europa occidental en los últimos años. Es un alerta temprana de tiempos difíciles, sostuvo.
La producción de opio en Afganistán había quedado bajo control en 2001, cuando cayó depuesto por una coalición militar encabezada por Estados Unidos el movimiento islámico Talibán, que controlaba Kabul y la mayor parte del territorio del país.
Ahora, la adormidera, planta de la que se extrae el opio también conocida como amapola, se cultiva en áreas donde no existía antes, advirtió la ONUDD.
En 2002 se produjeron 3.400 toneladas de opio en Afganistán. Ese volumen se incrementó a 3.600 toneladas al año siguiente. Para este año, según Pietschmann, se espera un crecimiento dramático.
El informe anual de la ONUDD también destaca un cambio gradual en el movimiento de drogas al mundo en desarrollo.
Tomando en cuenta las tendencias de cultivo, producción y consumo, el mercado mundial de la heroína se está trasladando de los países industriales a algunos del mundo en desarrollo, dijo el jefe ejecutivo de la ONUDD, Antonio Mario Costa.
La población consumidora de droga aumentó ligeramente desde 2000, de 180 a 185 millones de personas, tres por ciento de la población mundial y 4,2 por ciento de la comprendida entre los 15 y los 64 años. Pero el fenómeno está perdiendo impulso, según la ONUDD.
Los países industriales lograron reducir de forma constante el consumo de drogas. La cantidad de muertes relacionadas con la droga, la mayoría a causa de la heroína, cayó 20 por ciento entre 2000 y 2002.
También hay señales de descenso en los últimos años en la mayoría de los países de Europa occidental.
Estos son algunas de las constataciones más positivas del informe, según Pietschmann. Los mercados de América del Norte mostraron una notable estabilización de las drogas en los últimos años, afirmó.
Las señales también son buenas en Europa occidental. La tendencia ascendente del consumo de cocaína y drogas sintéticas se detuvo en varios países, mientras el abuso de heroína se mantiene estable o desciende, de acuerdo con el informe.
Pero el consumo de marihuana aumenta a un ritmo acelerado. Las últimas estimaciones indican que éste es la droga más usada en el mundo, con 150 millones de consumidores.
Detrás de la marihuana se ubican los estimulantes anfetamínicos —en especial metanfetamina y anfetamina—, con 30 millones de usuarios, y el éxtasis, con ocho millones.
Más de 13 millones usan cocaína, y 15 millones, opiáceos, como heroína, morfina, opio y sustancias sintéticas de efecto similar, como el demerol.
Los opiáceos constituyen el problema sanitario más serio relacionado con la droga, con 67 por ciento de los tratamientos en Asia y 61 por ciento en Europa.
La cantidad de droga requisada en los últimos años, con el éxtasis, los depresivos y las sustancias anfetamínicas con el mayor crecimiento, indica el informe de la UNODD.
Pero la marihuana representó 99 por ciento de las requisas de Africa en 2002, mientras las relacionadas con la cocaína (pasta base y crack) fueron 31 por ciento de las requisas de América y los opiáceos 43 por ciento de las asiáticas.
