Una turba del poblado aimara de Ayo Ayo, en los Andes de Bolivia, linchó y quemó vivo a su alcalde, la noche del lunes, en otro episodio de violencia vinculada a reivindicaciones sociales indígenas, similar al registrado en abril en la cercana Ilave, pero en territorio peruano. El alcalde mestizo Benjamín Altamirano fue acusado por actos de corrupción, y ya había sido amenazado de muerte. El lunes, Altamirano había sido exculpado por la Corte Superior de La Paz de acusaciones sobre actos dolosos. Más tarde, según el relato de sus hijas, fue secuestrado y conducido desde la capital hasta Ayo Ayo, un municipio distante a 85 kilómetros de la ciudad sede del gobierno boliviano. Los campesinos transportaron a la fuerza a Altamirano, lo golpearon y, posteriormente, le prendieron fuego y lo abandonaron en la plaza principal de aquella localidad.