Los grandes jugadores del comercio internacional hacen nuevos movimientos para avanzar en el bloqueado tablero de la Ronda de Desarrollo de negociaciones multilaterales de Doha.
Altos funcionarios de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y los países en desarrollo ocuparán dos semanas en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra para considerar las barreras agrícolas.
La primera fase de intercambio comenzó este miércoles y concluirá este jueves, y la segunda reunión se desarrollará del 23 al 26 de este mes.
En la primera instancia, los negociadores intentarán saber hasta dónde están dispuestos a ceder sus contrapartes. Una de las metas es fijar parámetros para el diálogo hacia el desmantelamiento de las barreras comerciales a la agricultura, uno de los grandes obstáculos a un acuerdo.
Los negociadores reclaman mayor voluntad política para reanudar la ronda de negociaciones multilaterales de Doha, iniciada en la conferencia ministerial de la OMC en la capital de Qatar en 2001 y colapsadas en la de Cancún, México, en septiembre de 2003.
El Sur en desarrollo atribuye el fracaso del diálogo a los miles de millones de dólares gastados cada año por los países ricos en subsidios a la agricultura, así como la protección arancelaria que impide el ingreso de productos agrícolas de los países pobres al Norte.
La Ronda de Desarrollo de Doha debía concluir este año, de acuerdo con lo programado por sus propios convocantes, pero el retraso causado por el bloqueo es de varios meses.
La UE anunció el mes pasado su disposición a reducir sus subsidios agrícolas si Estados Unidos, Canadá y Australia también reducían su apoyo a las exportaciones del sector.
Australia integra el Grupo de Cairns de países que no subsidian a sus agricultores, pero la UE asegura que Canberra los protege mediante facilidades brindadas a las ventas al exterior.
El bloque europeo también atemperó sus demandas de nuevas normas comerciales respecto de los denominados temas de Singapur, entre los que figuran la transparencia en contrataciones estatales, la inversión transfronteriza y la competencia.
El comisario de la UE para la Agricultura, Franz Fischler, llamó a Estados Unidos, Australia y Canadá a reducir sus supuestas medidas de apoyo al sector, entre los que mencionó créditos a las exportaciones, abusos en ayuda alimentaria a otros países o la apelación a empresas estatales intermediarias.
Estos países, e incluso Japón, reticente a reducir sus subsidios, se muestran ahora más dispuestos a negociar, en la percepción de la UE.
Incluso el Grupo de los 20 (G-20) países del Sur en desarrollo, consolidado tras el fracaso de la conferencia ministerial de Cancún, expuso la semana pasada una contrapropuesta a la de la UE, que asigna a las naciones ricas el esfuerzo mayor en materia de reducción de aranceles.
Pero la iniciativa, que estará en la mesa de negociaciones en Ginebra, pide poco a los países en desarrollo, que no deberán abrir sus mercados a productos que consideren delicados.
El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, exhortó el mes pasado a los negociadores a demostrar al mundo que Ginebra es capaz de alcanzar resultados importantes.
El director general de Comercio de la Comisión Europea (rama ejecutiva de la UE), Mogens Peter Carl, dijo que las conversaciones pueden ser rescatadas si se revisan y modifican las premisas básicas de la Ronda de Doha.
Los avances en materia agrícola son necesarios, así como un incremento sustancial del acceso a los mercados y del comercio de servicios, agregó. Además, debería reconsiderarse la contribución de los países menos avanzados, sostuvo.