BRASIL: Chico Buarque, la perfección a los 60 años

Compositor, novelista, dramaturgo, cantante de sus propias canciones y futbolista aficionado a los 60 años, Francisco Buarque de Hollanda, o simplemente Chico, es la imagen de la perfección para los brasileños, la ”unanimidad nacional”.

Hace 40 años que asegura buena música a sus millones de admiradores en Brasil y en el resto del mundo. Es desde joven una celebridad, pero mantiene su sencillez, atiende a los fans con cortesía y defiende cuanto puede su privacidad.

Para alguien tan famoso es imposible pasar inadvertido, pero hace todo el esfuerzo posible para lograrlo, no le gusta la exposición al público, sufre al presentarse en los espectáculos y evita al máximo conceder entrevistas.

Chico cumplió sus 60 años el sábado, y no quiso fiestas ni celebraciones, pero los homenajes fueron inevitables, aunque sin su presencia.

Para colmo, nació con ojos azules, aspiración frustrada de gran parte de los brasileños, y en una cuna espléndida, hijo del historiador Sergio Buarque de Hollanda, autor de ”Raíces de Brasil”, una de las tres o cuatro obras consideradas fundamentales para comprender el país.

Su creatividad es impresionante, por la calidad y la versatilidad. Compuso centenares de canciones y escribió los versos de otras tantos para melodías de otros, además de obras teatrales y guiones de filmes, y últimamente se dedica mas seriamente a la literatura.

Tres novelas de éxito, traducidas a varias lenguas extranjeras, componen su más reciente carrera: ”Estorbo” en 1991, ”Benjamin” en 1995 y ”Budapest” el año pasado, las dos primeras ya adaptadas al cine.

Otros de sus libros son ”A banda” (1966), de cuentos, la fábula ”Fazenda (hacienda) modelo” (1974) una crítica a la dictadura militar de 1964-1985, inspirada en ”Animal farm” (generalmente traducida al español como ”Rebelión en la granja”), del británico George Orwell, y ”A bordo del Rui Barbosa” (1981), de poesía.

En 1979 publicó un libro de literatura infantil, ”Chapeuzinho amarelo” (”Caperucita amarilla”), una variante de la conocida fábula en que la caperuza era roja y que contaba a su hija Luiza.

Chico será siempre más conocido por su música, lo que encubre su vocación teatral, también precoz y que produjo muchas obras notables. La producción de mayor éxito en Rio de Janeiro en los últimos años es su ”Opera do malandro”, un musical que adapta a la historia brasileña la ”Opera de dos centavos” o ”de los mendigos” de Bertolt Brecht, estrenado en 1978, puesto en escena varias veces y llevado al cine.

El compositor empezó a ser conocido por sus primeras canciones, como ”A banda” con que ganó el primer premio en un festival en 1966 y ”Olé, Olᔠque compuso a los 16 años, pero también por musicalizar el poema teatral ”Vida y Muerte Severina” de Joao Cabral de Melo Neto.

Luego escribió otras obras teatrales, todas musicales, como ”Roda Viva” (1967), ”Calabar, o elogio de la traición” (1973) y”Gota d'agua” (1975), en general con críticas a la dictadura, que hizo de Chico una de las mayores víctimas de la censura, aunque también uno de los expertos en burlarla con creatividad.

Muchas de sus canciones se destinaron al teatro o al cine, antes de que él u otros artistas las grabaran. De su exilio en Italia, en los primeros años 70 trajo una versión en portugués de ”Los saltimbanquis”, de Luis Bacalov y Sergio Bardotti, que encanta hasta hoy a niños y niñas.

Chico no ha sido un revolucionario en su música, aunque ésta mantiene altos promedios de calidad y refinamiento, y suele ser simple sólo en apariencia, tomando como referencia géneros tradicionales y especialmente el samba, considerado por muchos el más brasileño de los ritmos.

Por eso es considerado un seguidor de Noel Rosa, famoso compositor de los años 30, que llevó a la clase media de Rio de Janeiro el samba originario de la población negra de las ”favelas”, barrios pobres y hacinados.

En ese sentido, las canciones de Chico son más tradicionales que la ”bossa nova”, una derivación estilizada del samba, con mucha influencia del jazz en la armonía, que reflejaba la euforia de la próspera y creciente clase media de las playas de Rio de Janeiro en los años 50 y comienzo de los 60, y tuvo gran éxito en Estados Unidos.

Pero con 21 años de su carrera artística bajo la dictadura militar, se destacó por la protesta política, enmascarada en muchas metáforas para eludir la censura. ”Pese a ti, mañana será otro día”, fue uno de sus estribillos coreados en las grandes manifestaciones por la redemocratización del país.

Tanto éxito en variadas formas de expresión artística y su buena apariencia lo hicieron el objeto de deseo de millones de mujeres, y de envidia de otros tantos hombres.

La perfección se completa por llegar a los 60 años esbelto, en plena forma física para seguir siendo un buen jugador de su equipo de fútbol, el Polytheama, con canchas propias en un barrio de la zona oeste de Río de Janeiro.

Estuvo casado 30 años, hasta 1997, con Marieta Severo, una de las grandes actrices brasileñas, con quien tuvo tres hijas, y adora convivir con sus tres nietos. (

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