La última reforma de la política agrícola común de la Unión Europea (UE) no modificó, a grandes rasgos, los subsidios que distorsionan el comercio internacional, advirtieron expertos del Norte industrial.
En su Análisis de la reforma de la PAC de 2003 (PAC son las siglas de política agraria común), expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) observaron que la revisión sólo cambió la base de cálculo del subsidio a los agricultores.
La OCDE, entre cuyos 30 miembros figuran todas las economías del mundo industrializado, está comprometida con la economía de libre mercado, la liberalización del comercio internacional y las desregulaciones.
La PAC continúa teniendo una influencia negativa sobre los mercados agrícolas del mundo a pesar de las reformas de junio pasado, afirmaron los autores del informe.
Una evaluación preliminar de la revisión de la PAC sugiere que el papel de las fuerzas del mercado aumentarán, y con ellas la eficacia de la asistencia a los agricultores, dijo a IPS la economista francesa Catherine Moreddu, coautora del informe.
La reforma permitirá un mejor reparto de la ayuda, añadió la experta. Sin embargo, advirtió, los cambios no redujeron los 50.000 millones de dólares que la UE paga a sus agricultores todos los años en carácter de subsidio.
Los países de la OCDE pagan al sector unos 260.000 millones de dólares cada año en subsidios, que representan 32 por ciento de los ingresos anuales de los agricultores. Esa proporción ascendía en 1990 a 27 por ciento.
La PAC es, por otra parte, el programa más costoso de la UE: representa alrededor de 50 por ciento de su presupuesto total.
La reforma también fracasó en su intención de mejorar el acceso de los productores agrícolas al mercado de la UE, señala el informe.
Los líderes del Grupo de los Ocho países más industrializados, que se reunieron la semana pasada en Sea Island, Estados Unidos, anunciaron su disposición a alcanzar un acuerdo sobre comercio agrícola a fines de julio.
El apoyo financiero masivo a los agricultores de la OCDE, en particular los de Estados Unidos y la UE, ha sido el principal obstáculo para lograr un acuerdo en la Ronda de Doha de negociaciones comerciales multilaterales.
La conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada el año pasado en Cancún, México, concluyó bloqueada a causa de las diferencias sobre comercio agrícola.
Es improbable que los países en desarrollo respalden un acuerdo sin una reducción sustancial de los subsidios, advierten observadores.
La PAC afecta la capacidad agrícola de otras regiones, en especial Africa y América Latina, según observadores críticos. Para ellos, los subsidios constituyen un respaldo a los agricultores ricos y un aliento a la producción masiva sin base en las necesidades del mercado ni calidad.
América Latina ha sido la región más afectada, sostuvo la organización humanitaria católica y británica Oxfam, que calculó en 4.000 millones de dólares las pérdidas del continente.
La mitad de los gastos de la UE son destinados a 17 por ciento de las empresas agrícolas, un mentís al mito según el cual la PAC defiende el trabajos de los pequeños campesinos, afirmó Oxfam.
Luego de una larga discusión, y a la luz de la ampliación de la UE a 10 nuevos miembros de importancia agrícola en mayo, el bloque congeló los subsidios a 50.000 millones de dólares anuales.
La reforma de la PAC tampoco revisa los subsidios agrícolas a productos competitivos con los de países pobres.
Se retrasó la revisión de subsidios al algodón, que son los más altos del mundo, y los del azúcar y el tabaco, dijo a IPS la integrante alemana del Parlamento Europeo, Christel Fiebiger.
La reforma de la PAC es sólo de palabras, agregó. En realidad, la PAC continúa como en el pasado, con algunos cambios cosméticos, concluyó.