AFRICA: Presidentes que duran demasiado

Las reformas constitucionales para permitir la permanencia de presidentes en su cargo por períodos prolongados se han vuelto práctica común en Africa, aunque también son blanco de crecientes críticas.

Pero las críticas no impidieron a legisladores de Chad votar en mayo para permitir que el presidente Idriss Deby pueda postularse para un tercer mandato de cinco años en 2006. Ahora, se teme que esa votación aliente a las proponentes de una reforma constitucional similar en Benín, Africa occidental.

Tanto Chad como Benín están gobernados por jefes de Estado cuyo segundo y en teoría último mandato debería terminar en 2006.

En la campaña electoral de 2001, Deby prometió no volver a postularse en 2006. Sus detractores creen que las enormes posibilidades del desarrollo de los recursos petroleros de Chad lo llevaron a cambiar de opinión.

El pasado 26 de mayo, unos 110 parlamentarios del gobernante Movimiento Patriótico por la Seguridad lograron el apoyo de 13 legisladores de partidos menores para votar la reforma de la Constitución nacional.

La medida se adoptó sin ningún debate real, luego de que 30 diputados opositores se retiraran de la sala en protesta contra lo que consideraron una violación de las normas parlamentarias.

Aunque la reforma debe ser sometida a un referendo nacional, pocos dudan que sea aprobada.

Todos estos hechos han sido seguidos con interés desde Benín, donde desde hace un año se discute en los medios una posible reforma constitucional, aunque todavía no se ha propuesto en el parlamento. El debate ha divido al país en dos.

Mientras pequeños partidos políticos impulsores de la reforma aseguran que ésta producirá ”paz, libertad, unidad nacional y especialmente estabilidad”, los opositores acusan a esos partidos de tener intereses creados en la reelección del presidente Mathieu Kerekou, y advierten que la reforma podría abrir la puerta a una sucesión de presidentes vitalicios.

La Constitución vigente en Benín limita el mandato presidencial a dos períodos de cinco años y fija un máximo de edad de 70 años para los candidatos. Kerekou tendrá 73 en 2006.

”Un presidente que no ha podido cumplir sus ambiciones para el país en 10 años, no lo hará en 15 ni en más años. Por lo tanto, lo sensato es entregar el cargo a un nuevo equipo, más inspirado y capaz”, opinó Victor Topanou, profesor de derecho de la Universidad de Abomey-Calavi.

”El actual debate sobre la reforma de la Constitución es un falso debate. Su objetivo es reemplazar a la república presidencial democrática, uno de cuyos principios es la renovación del poder político, por un presidente vitalicio”, agregó Moise Bossou, otro profesor de derecho de la universidad.

Ambos académicos reiteraron esta opinión en artículos publicados en los últimos dos meses en el periódico Le Matinal.

Otros opositores de la reforma exhortaron a los parlamentarios de Benín a rechazar cualquier plan para modificar la Constitución, ”aun si eso significa renunciar a su propio enriquecimiento”.

Los opositores instaron a los legisladores a seguir el ejemplo de Malawi, donde el parlamento rechazó en 2002 una propuesta de reforma constitucional a fin de que el presidente Bakili Muluzi pudiera postularse para un tercer mandato.

Otros mandatarios de Africa occidental, en cambio, sí lograron su propósito. El presidente Gnassingbe Eyadema de Togo, que está en el poder desde hace unos 40 años, forzó en 2003 una reforma constitucional para poder obtener un nuevo mandato, pese a haber prometido a Francia un año antes que dejaría el gobierno al final de su segundo período constitucional.

El hecho de que el presidente francés Jacques Chirac no haya condenado el incumplimiento de la promesa e incluyo haya felicitado a Eyadema por su reelección en 2003 indignó a los opositores de la reforma.

La indignación aumentó cuando Xavier Darcos, ministro francés de Cooperación, visitó Chad poco después del voto por la modificación constitucional e hizo declaraciones a una radio nacional que muchos interpretaron como una expresión de apoyo a la reforma.

Una vez más, se cree que los recursos petroleros tuvieron un papel clave en Chad. ”Francia precisa crecimiento económico, por eso el ministro de Cooperación vino a bendecir esta estafa constitucional”, observó Roger Gbegnonvi, profesor de la Universidad de Abomey-Calavi y columnista del diario La Nouvelle Tribune.

Los presidentes Omar Bongo, de Gabón, y Lansana Conte, de Guinea, también modificaron las respectivas constituciones a los efectos de poder postularse para un tercer mandato.

Fuera de Africa occidental, muchos otros jefes de Estado y gobierno africanos se han valido de diversas estrategias para perpetuarse en el poder.

Dos ejemplos son Robert Mugabe, que está en el gobierno de Zimbabwe desde la independencia, en 1980, y Daniel Arap Moi, que gobernó Kenia entre 1978 y 2002. (

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