El Mayo Teatral, convocado por la estatal Casa de las Américas se reafirmó esta semana en Cuba como un foro atípico, entre la tradición y la modernidad de la escena latinoamericana, con asistencia de una docena de compañías de la región.
Los organizadores preparan habitualmente una cartelera que alterna figuras afamadas de América Latina y el Caribe con talentosos nuevos proyectos, que hallan así una plataforma de lanzamiento internacional.
A esta quinta edición, del 7 al 16 de este mes, asisten grupos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y México, junto con compañías locales que recibieron premios de la crítica y mantienen un diálogo con el quehacer de la dramaturgia latinoamericana.
Para Nara Manzur, especialista en artes escénicas e integrante del equipo organizador, por Casa de las Américas, el fin es presentar una combinación de pasado, tradición y novedad, así como un teatro que se entrecruce con otros géneros, como el cabaret, la performance y la instalación.
Manzur valora esta cita como un festival de formato pequeño concebido con la ambición de una cartelera rigurosa.
De esa manera, la Temporada de Teatro Latinoamericano y Caribeño Mayo Teatral se ubica a medio camino entre grandes festivales internacionales, como los de Caracas, Buenos Aires o Bogotá, y citas alternativas en escala comunitaria.
El encuentro retoma el espíritu de los festivales teatrales de Casa de las Américas en los años 60, cuando coincidían en Cuba artífices de un arte de la resistencia y el compromiso social, e intelectuales de todo el mundo.
Manzur dijo a IPS que la organización de esta Temporada es un desafío ante las dificultades económicas, atenuadas gracias a Casa y a la contribución de otras instituciones, por ejemplo de las cancillerías de Argentina y Colombia este año.
Muchos artistas participantes se costean el boleto de viaje y no reciben retribución económica por sus presentaciones en la isla, aunque para asistir interrumpen clases y presentaciones en sus respectivos países, destacó.
Entre los invitados figuran el director y dramaturgo brasileño Antunes Filho y su grupo Macunaíma, la compañía Matancadelas de Colombia, el actor y autor Eduardo Pavlovsky y el director Daniel Veronese, ambos de Argentina.
Antunes Filho y su equipo presentaron Pret a porter 6, una síntesis del trabajo del Centro de Pesquisa Teatral de Sao Paulo, prestigiosa institución a la que cada año intentan entrar 300 aspirantes, pese a que solamente son 30 las plazas de estudio.
El director, uno de los más importantes de la región, labora en busca de un teatro menos superficial, menos de moda y con más densidad dramática y de interpretación, resumió la noche de su primera presentación en esta capital. Recibió esta semana el Gallo de La Habana, premio instituido en 1966 por Casa de las Américas.
Ese lauro reconoce aportes al desarrollo teatral y consiste en una fina escultura que busca representar en un ave el color y la batalla solitaria y agónica del teatro.
Los distinguidos en ediciones anteriores fueron, entre otros el grupo Odin Teatret de Dinamarca; el argentino Javier Villafañe, maestro de titiriteros; Santiago García, director del grupo La Candelaria, de Colombia; y el grupo Yuyachkani, de Perú.
Pavlovsky, mimado por la crítica como uno de los grandes autores dramáticos de los últimos años, presenta Potestad y La muerte de Marguerite Duras, esta última obra un monólogo intenso y profundo sobre la memoria.
El argentino ha sido descrito como un inconmensurable actor, con una seducción increíble y la suerte de convertir todo lo que asume en joyas dramáticas fuera de lo común. Es además creador del Movimiento Psicodramático en Latinoamérica.
Completan la programación seis espectáculos cubanos, a cargo de Teatro Escambray, la Compañía Hubert de Blanck, Danza Contemporánea de Cuba, el Estudio Teatral de Santa Clara, Teatro Icarón y la actriz Daisy Granados.
Granados, con fama de ser el rostro del cine cubano tras participar en filmes clásicos de las últimas cuatro décadas, presenta el monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado, la única pieza de teatro del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Esa obra, una reflexión sobre el entramado de la vida en pareja, concebida en 1987, fue adaptada por el cineasta Pastor Vega, esposo de Granados, a partir de elementos del género vernáculo y del musical, y con un ritmo trepidante.
Uno de los espectáculos con mayor éxito en los primeros días de la cita fue Arquetipas, de la mexicana Jesusa Rodríguez y la argentina Liliana Felipe, un cabaret político, estilo poco conocido en Cuba.
Liliana y Jesusa salpicaron el escenario habanero con dardos humorísticos sobre la reciente batalla diplomática de México y Cuba, las relaciones de Estados Unidos con América Latina, y aspectos de la vida cotidiana de la isla.
Casa preparó además tres talleres con la colaboración de artistas visitantes, dedicados a conflictos visuales y sonoros en la escena, el arte de la performance, y el cabaret político.
Los homenajes son este año para el maestro uruguayo Atahualpa del Cioppo (1904-1993) y para los 40 años de la revista de teatro latinoamericano Conjunto, la más antigua de su tipo en la región, fundada por el guatemalteco Manuel Galich.
Mayo Teatral ocupa seis salas de La Habana y varias de tres capitales de provincia, con precios de entrada modestos (cinco boletos por un dólar), a tono con el nivel adquisitivo de la población.
