PALESTINA-ISRAEL: Nuevos vecinos

En una árida cumbre del barrio palestino de Abu Dis, de Jerusalén, hay una brecha de varios metros en la llamada ”muralla de seguridad” que el gobierno de Israel construye para separar su territorio de Cisjordania.

Esa fría pared de concreto parece detenerse justo frente a dos grandes casas de estilo árabe en cuyas entradas hay banderas de Israel, guardias armados y una torre de observación. La muralla continúa más allá de la colina.

Cuatro familias judías se mudaron a esas dos casas hace una semana, y viven prácticamente en el aislamiento. Nunca salen a la puerta, y desde afuera sólo se puede ver a los guardias en constante alerta y observando el horizonte minuto a minuto a través de binoculares.

Para los palestinos, estos nuevos vecinos son enemigos muy peligrosos.

Las familias recién llegadas están integradas por activistas del grupo religioso judío Ateret Cohanim, creado con el objetivo de ”rescatar” a la tierra israelí de manos árabes. Las dos casas en Abu Dis son el principio de un plan para crear un nuevo barrio judío, que se llamará Kidmat Zion.

”Jerusalén es una, y será eternamente la capital de Israel. Nosotros tenemos el derecho a vivir donde queramos. Esta tierra fue comprada por los judíos en los años 20”, dijo el portavoz del grupo, Daniel Luria.

La presencia de colonos en Abu Dis es sólo parte de un programa a largo plazo de Ateret Cohanim para promover una nueva forma de división de la ciudad, distinta a las propuestas en los acuerdos de paz.

La sorpresiva llegada de familias judías al barrio provocó gran temor en los vecinos palestinos.

”Vinieron hacia mí el primer día y me advirtieron que si había algún problema, por más pequeño que fuera, habría sangre”, dijo la palestina Zayn Ouheish, quien vive con su esposo y cinco hijos justo al lado de la casa comprada por Ateret Cohanim.

”Yo estoy preocupada por los más pequeños. Podrían ser atacados a balazos por apenas tirar una piedra a un pájaro”, señaló Zayan.

Su esposo, Hassan, presentó una petición ante la Corte Suprema de Israel para que se cambie la ruta prevista de la muralla de seguridad y evitar así que atraviese su propiedad. Los Ouheish quieren que el muro separe su casa de la de los colonos judíos.

”Ahora espero que construyan la pared allí. Prefiero tener una muralla entre nosotros que tener vecinos colonos. Al menos así los niños estarán a salvo”, dijo Zayn.

Muchos habitantes de Abu Dis están furiosos con el palestino que le vendió su casa a Ateret Cohanim, pero el abogado de los Ouheish, Mohammed Dahleh, trata de calmarlos.

”El propietario perdió un juicio contra los judíos, que reclamaban como suya esa propiedad. Quizás luego él aceptó algún dinero a cambio de mudarse más rápido de lo previsto y sin crear problemas”, señaló.

Frente a la casa de la familia Ouheish viven los Halabiyehs, quienes también están muy incómodos con la presencia de los guardias judíos.

Jumana Halabiyeh teme por su hijo recién nacido y también espera que la muralla separe su casa de la de los nuevos vecinos. ”Ya no nos sentimos seguros”, dijo.

El sentimiento de esta madre refleja el miedo de todos los palestinos de Abu Dis, aunque Hassan Ouheish parece ser el único que rechaza la presencia de los judíos puramente por razones políticas.

”Esta es tierra palestina. No sólo Jerusalén, sino toda Palestina, incluyendo Tel Aviv y Haifa”, afirmó Hassan, quien trabaja para el Ministerio de Asuntos Religiosos de la Autoridad Nacional Palestina.

Su abogado critica al sistema judicial, que según él siempre perjudica a los palestinos.

”No es justo. Ellos pueden reclamar propiedades judías de hace cien años en el este de la ciudad, pero los palestinos tienen muchas propiedades en la zona occidental que nunca pueden reclamar”, señaló.

Dahleh dijo que cada semana se topa con al menos un caso de judíos que intentan mudarse a un barrio palestino.

”Los colonos con frecuencia presentan documentos falsos, pero la policía los ayuda. Hace poco gané un caso para desalojar a un grupo de ellos, pero la policía se negó a intervenir”, indicó.

Ateret Cohanim ha reclamado como judías varias zonas de Jerusalén por más de una década. Luria dijo que ahora miles de judíos viven en zonas musulmanas y cristianas de la ciudad.

En el célebre Monte de los Olivos, el movimiento construyó más de 50 apartamentos.

Sin embargo, Luria dice estar en contra de las murallas y de la separación de las comunidades en Jerusalén, e incluso piensa que los palestinos tienen derecho a reclamar sus tierras en el oeste de la ciudad.

”Si realmente tienen derechos, deberían intentarlo. Aunque, por supuesto, no hay comparación moral posible entre su situación y la nuestra”, añadió. (

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