PALESTINA-ISRAEL: Masacre bajo el arcoiris

La cantidad de palestinos muertos en dos días de incursiones militares israelíes en la ciudad palestina de Rafa llegó al menos a 34 con el ataque de este miércoles contra cientos de palestinos desarmados que protestaban contra la ”Operación Arcoiris” de Israel.

Testigos declararon que helicópteros israelíes dispararon misiles contra la manifestación, dejando como mínimo 10 muertos y más de 40 heridos, pero otras fuentes afirmaron que un tanque disparó contra la multitud. Portavoces del ejército israelí declararon que se está investigando el ”incidente”.

Las víctimas fatales del último ataque se suman a otras cuatro que fueron muertas en la mañana de este miércoles y al menos 20 en la ofensiva del martes. Muchas de ellas eran niños.

Según el gobierno israelí, el objetivo de la operación es hallar y destruir túneles que grupos radicales palestinos utilizarían para contrabandear armas desde Egipto. Las acciones de Israel incluyen la demolición de viviendas palestinas a lo largo de una zona tapón que denomina ”Corredor Filadelfia” entre la franja de Gaza y Egipto, donde se encuentra Rafa.

Observadores opinaron que la intención del gobierno de Ariel Sharon es demostrar que su ejército ha recuperado el control de la franja de Gaza tras sufrir la semana pasada la mayor pérdida militar de los últimos dos años, cuando grupos radicales palestinos mataron a 13 de sus soldados en dos atentados.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea reclamaron a Israel que termine con las incursiones y las demoliciones de viviendas.

El presidente palestino, Yasser Arafat, calificó a la operación israelí de ”gran masacre” y urgió a la comunidad internacional a intervenir para ponerle fin.

”Lo que sucede en Rafa es una gran masacre planificada. Las muertes, las demoliciones y los desplazamientos no pueden ser tolerados ni por los palestinos, ni por la comunidad internacional”, declaró en Ramalá.

La multitud atacada este miércoles protestaba contra un cerco israelí a Tal al Sultán, un barrio del campamento de refugiados de Rafa donde fuerzas israelíes buscan a militantes. El campamento, vecino a la frontera egipcia, tiene 90.000 habitantes.

Tal al Sultán se llevó también la peor parte de la ofensiva del martes, en el primer día de incursiones. Las calles que conducen al barrio estaban bloqueadas por tanques y montañas de arena, según residentes locales.

La incursión comenzó luego de la medianoche con un ataque con misiles en el llamado Bloque O de Rafa, donde militantes del grupo extremista Jihad Islámico mataron el día 12 a cinco soldados israelíes que viajaban en un vehículo blindado.

Pero más tarde, el ejército concentró sorpresivamente sus acciones en Tel al Sultán, un barrio que no limita con Egipto. Los combates cobraron unas 20 vidas en menos de 24 horas. Dos de los muertos eran niños.

El jefe del ejército israelí, Moshe Ya'alon, declaró que el objetivo primario del operativo es cortar el contrabando de armas desde Egipto a través de túneles subterráneos. Según Ya'alon, su gobierno no sabía que grupos palestinos poseyeran granadas propulsadas por cohetes, como las que presuntamente utilizó la organización radical Jihad Islámica en el atentado que mató a cinco soldados israelíes que viajaban en un vehículo blindado, el día 12.

”Para impedir la introducción de tales armas, Israel se vio obligado a tomar medidas”, dijo.

Un portavoz del ejército israelí dijo que la operación no incluye la demolición masiva de casas a lo largo de la frontera entre la franja de Gaza y Egipto, como afirman los palestinos. Según el portavoz, la mayoría de las personas que huyeron de sus hogares en los últimos días podrán regresar.

Sin embargo, Israel destruyó cerca de 100 casas en Rafa sólo en la última semana, dejando a más de 1.000 personas sin hogar.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional criticó el martes en un informe la política israelí de demolición de viviendas.

”En la gran mayoría de los casos, es una destrucción desenfrenada. Es innecesaria, desproporcionada, injustificada y deliberada”, declaró Donatella Rovera, del programa de Amnistía en Medio Oriente.

Según Amnistía, en los últimos tres años y medio, Israel ha destruido más de 3.000 viviendas palestinas. En muchos casos, las demoliciones constituyeron violaciones a la cuarta convención de Ginebra y crímenes de guerra, acusó la organización, con sede en Londres.

Ya'alon responsabilizó a los palestinos. ”Si quieren impedir las demoliciones de casas, deben detener el contrabando de armas”, dijo.

Al mediodía del martes, había cinco funerales en la mezquita central de Al Awda. Fuera, se podían ver varias pancartas de grupos palestinos radicales.

Un líder de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, ala armada del partido Fatah, de Arafat, permanecía fuera junto a un grupo de hombres armados. Dijo que su nombre era Abu Hamada y que su grupo había perdido a siete miembros en los combates de la noche anterior.

”No, no creo que sea un precio demasiado alto”, dijo, con un rifle kalashnikov cruzado sobre su pecho. ”Aun si perdemos toda Rafa y nos transformamos en mártires, vale la pena mantener la resistencia”, agregó..

Hamada no expresó arrepentimiento por el atentado contra los soldados israelíes. ”Nosotros no somos los agresores. Los judíos vienen a nuestros barrios y destruyen nuestras casas. ¿Qué se supone que debamos hacer?”, preguntó.

Según Hamada, el objetivo de Israel en Tel al Sultán es encontrar a un hombre. ”Por supuesto, no puedo decirles a quién”, dijo. (

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