DESARROLLO: Acceso al agua lejos de las Metas del Milenio

Muchos gobiernos han incumplido el compromiso para suministrar agua potable y saneamiento adecuado a los pobres del mundo, asumido en el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, que se realizó en septiembre de 2002 en Johannesburgo.

Esa es la conclusión de funcionarios y expertos que asistieron esta semana a la sesión de de la Comisión de Desarrollo Sostenible (CDS) de la Organización de las Naciones Unidas, en su sede en Nueva York.

”La situación es desalentadora”, afirmó el ministro de Ambiente de Noruega, Berge Brende, en una de las reuniones organizadas por el foro mundial para evaluar la evolución desde la cumbre de Johannesburgo de cuestiones relacionadas con el agua, el saneamiento y los asentamientos humanos.

Brende, presidente de la CDS, calcula que cada año mueren de tres a cinco millones de personas en regiones pobres, debido a enfermedades relacionadas con el agua.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, más de mil millones de integrantes de la población mundial viven y trabajan sin acceso a agua potable.

La Cumbre de Johannesburgo prometió recursos adicionales, transferencia de tecnología y reconstrucción de infraestructura ambiental para los países más pobres del mundo, tres pasos cruciales para lograr que la proporción de la población mundial sin acceso a agua potable y saneamiento sea en 2015 la mitad que en 2000, una de las Metas de Desarrollo del Milenio establecidas por la ONU.

Pero funcionarios del foro mundial opinan que el avance hacia esas metas ha sido alarmantemente lento, y que eso se debe sobre todo a asignación insuficiente de recursos económicos. ”El mundo necesita duplicar su inversión para cumplir las Metas del Milenio”, afirmó el subsecretario general de la ONU para Asuntos Sociales y Económicos, José Antonio Ocampo.

La inversión mundial actual en materia de acceso a agua potable y saneamiento es de unos 16.000 millones de dólares, una cantidad que los expertos consideran insuficiente.

Los países pobres carecen de la tecnología y los fondos necesarios para alcanzar por sí solos las Metas del Milenio, y deben recibir ayuda del mundo industrializado para tener éxito, apuntaron los especialistas reunidos durante una mesa redonda organizada por la Alianza de Comunicadores por el Desarrollo Sostenible, en el marco de la CDS en Nueva York.

Los servicios de agua y saneamiento ”son muy caros”, alegó la ministra de Manejo de Recursos Hídricos de Kenia, Martha Karua.

Pero la mayoría de los países ricos de Occidente ha reducido en los últimos años su presupuesto de asistencia al desarrollo, con el argumento de que la pobreza y la degradación ambiental en las naciones pobres son culpa de éstas, por no erradicar la corrupción.

Algunos especialistas del mundo industrializado sostienen que la privatización puede ser el modo de lograr eficiencia en la administración y distribución del agua, pero esa posición no es compartida por numerosos gobernantes y grupos de la sociedad civil del mundo en desarrollo.

Según un estudio en 20 países de la organización no gubernamental canadiense GlobeScan Research, presentado durante la mesa redonda, la mayor parte de los consultados ha empezado a dudar de que privatizar sea la respuesta en ese terreno.

En esa encuesta, la mayoría de los entrevistados en 11 de los 20 países estudiados dijo ser partidaria de menos privatización del agua, y esa corriente de opinión se expresó con especial fuerza en América Latina.

”Los resultados dan qué pensar, pero no sorprenden. Procesos de privatización mal manejados en varios países, sumados a pérdida de confianza del público debido a escándalos en compañías, significan que la burbuja de las privatizaciones puede estar perdiendo apoyo, justo cuando el sector privado se prepara para una mayor expansión”, comentó el presidente de GlobeScan, Doug Miller.

La Unión Europea (UE) decidió asignar mil millones de dólares a tareas para mejorar el acceso a agua potable y saneamiento en las 77 ex colonias europeas del Grupo de Estados de Africa, el Caribe y el Pacífico, de las que cuarenta están entre las naciones menos desarrolladas del mundo, y dependen mucho de la asistencia del bloque europeo.

Una alianza de grupos de la sociedad civil de esos países escépticos ante la iniciativa, liderada por la Red Africana-Europea Fe y Justicia, presiona a la UE para asegurar que su asistencia no apunte a impulsar privatizaciones.

La UE debería ”dar prioridad al desarrollo de capacidades, por encima de la infraestructura y la promoción de la inversión privada”, según los activistas.

Quienes se oponen a la privatización alegan que el agua no debe ser tratada como una mercancía, y que las soluciones deben buscarse con la perspectiva de los derechos humanos, y no del lucro.

”El acceso a agua potable es un derecho según nuestra Constitución”, destacó el dirigente agrario guatemalteco Daniel Pascual, en un mensaje desde su país a los participantes en la mesa redonda de Nueva York. ”El agua es parte de la Madre Naturaleza. Somos parte de ella”, añadió.

En la encuesta de GlobeScan, 84 por ciento de los consultados opinó que el acceso a agua potable es un derecho humano básico.

Para el vicepresidente del Banco Mundial para Desarrollo Sustentable, Ian Johnson, ”el mundo debe dejar atrás las posiciones ideológicas” sobre la cuestión del agua, cuya solución ”será una combinación de esfuerzos públicos y privados”. (

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