Las mujeres ocupan el centro del escenario en la III sesión anual del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que comenzó el lunes en Nueva York y durará dos semanas.
Las activistas fueron respaldadas por el presidente del Foro, Ole Henrik Magga, de Noruega, quien exhortó a los varones indígenas a hacer su parte para que la lucha de las mujeres sea exitosa.
"Las mujeres indígenas permanecen vinculadas con su cultura, sus valores y sus tradiciones. Y luchan contra muchos intentos de eliminar esa identidad cultural", afirmó la vicepresidenta del Foro, Njuma Ekundanayo, de República Democrática del Congo.
"Debemos custodiar nuestros conocimientos, a veces en secreto", sostuvo en la sesión inaugural la presidenta del Comité Internacional de Mujeres Indígenas, Stella Tamang, quien puso como ejemplo a las mujeres que guardan semillas para futuras cosechas, contra el interesado esfuerzo de las multinacionales de la agricultura transgénica.
La cuestión de las mujeres indígenas atravesará una agenda dedicada a educación, cultura, ambiente, derechos humanos, y desarrollo y recursos.
Las conclusiones del Foro serán registradas en un informe de la dirección permanente del organismos, integrada por 16 personas que representan en partes iguales a pueblos indígenas y a gobiernos. Ese documento será entregado al Consejo Social y Económico de la ONU, que a su vez formulará las recomendaciones que considere convenientes a la Asamblea General del foro mundial.
El mandato del Foro es sólo aconsejar a las agencias de la ONU cómo relacionarse con los pueblos indígenas.
En algunas sociedades "las leyes dan a las mujeres un lugar muy destacado, pero eso no evita que en la realidad permanezcan privadas de derechos económicos y sociales", señaló Ekundanayo.
Por ejemplo, la creciente pobreza en Asia empuja a las mujeres a regímenes de trabajo inhumanos, y las hambrunas en Africa causan violentos conflictos, en los que las mujeres indígenas son las más perjudicadas, alegó.
"No causamos las guerras, pero perdemos en ellas a nuestros hijos y compañeros", señaló Ekundanayo.
En marzo, mujeres indígenas se reunieron en la sede de la ONU en Nueva York para analizar el impacto en sus vidas de los conflictos armados.
"Mientras los ojos del mundo se dirigían hacia Medio Oriente, se han agravado los conflictos que afectan a pueblos indígenas en Africa, Asia y América Latina", indicó el Foro en un comunicado de prensa.
"La espiral ascendente de los conflictos crea refugiados y conduce a desplazamientos y devastación de territorios tradicionales. Los pueblos sufren hambrunas y son privados de sus derechoshumanos más fundamentales", explicó.
Pero "las mujeres indígenas no son sólo desventuradas víctimas de la guerra. Son también, a menudo, quienes mantienen en funcionamiento a las sociedades desgarradas por conflictos armados", y deben "ser integradas en todos los niveles de decisión, para restaurar su derecho a resolver sobre sus vidas y sus familias en tiempos de guerra y de paz", añadió el Foro.
En la sesión del lunes también hubo elogios, por ejemplo al gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, que "lucha por dar dignidad a los pueblos indígenas", según afirmó en una declaración por escrito la segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, Noeli Pocaterra.
La Constitución venezolana vigente, impulsada por Chávez, reconoce por primera vez los derechos de esos pueblos, apuntó.
Tamang también reconoció que las cuestiones relacionadas con mujeres indígenas son afrontadas en forma creciente por la comunidad internacional, pero opinó que eso "es sólo una gota en el océano" y que para resolver los problemas hace falta "apoyo de los hombres indígenas, y de unas comunidades a otras".
No se trata de que las mujeres quieran convertirse en hombres, ni de que los hombres deban moverse hacia el actual mundo de las mujeres, sino que se requieren complejos procesos de cambio, opinó Magga.
"Las culturas indígenas se apoyan en la complementariedad de los géneros, y en una simbiosis que valora los asuntos de los hombres y los de las mujeres, afirmando a unos y otras con respeto y equilibrio", aseguró.
Sin embargo, el "creciente problema" de la violencia doméstica ha desequilibrado ese sistema, y los programas de asesoramiento y prevención contra esa práctica aún son insuficientes, deploró el presidente del Foro.
Maga instó a los pueblos indígenas a discutir los papeles estereotipados que se asignan actualmente a los varones, desde que son niños, y recomendó "resistir los intentos de construir una imagen de este debate en la que parezca que las mujeres quieren quitarle algo a los hombres".
Entre las recomendaciones planteadas por mujeres indígenas al Foro está la de fortalecer su participación "en todos los aspectos del liderazgo", y organizar para ellos encuentros especiales de capacitación, una propuesta de la Segunda Conferencia de Mujeres Indígenas Asiáticas, realizada en marzo Filipinas.
"Las mujeres deben ser alentadas a ocupar posiciones en las que se toman decisiones, tras ganar la confianza necesaria. El papel y la percepción de las mujeres no deben seguir estereotipos", según la Declaración de Baguio, lanzada por esa Conferencia el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Pocaterra subrayó el lunes la necesidad de "proteger los derechos de las mujeres y de la infancia" en las comunidades indígenas, y opinó que "si las escuelas van contra nuestra cultura, no hay que sacar de ellas a los niños, sino cambiar las escuelas".
Las mujeres son poseedoras de "una manera de involucrarse en relaciones, de afrontar la vida y de interconectarse", y deben "mostrar a los demás que hay muchas maneras diferentes de encarar la existencia", sostuvo.
