Un «hilo rojo» de violaciones a los derechos humanos se extiende desde Afganistán hasta Iraq y Guantánamo, Cuba. El desafío es recoger ese hilo extendido por Estados Unidos, exhortó la organización Amnistía Internacional, con sede en Londres.
Siempre ha habido abusos contra los derechos humanos, pero el año pasado prevaleció "una cultura de ataques a valores, normas e instituciones mundiales", dijo a IPS Irene Khan, secretaria general de Amnistía, tras el lanzamiento este miércoles del informe anual de la organización en la capital británica.
"Esa cultura fue alimentada en gran medida por la agenda de seguridad impulsada por Estados Unidos", agregó la secretaria general.
Según Khan, esa agenda hizo que gobiernos poderosos pudieran actuar fuera de la ley, y en consecuencia, la situación en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, donde soldados estadounidenses torturaron a prisioneros iraquíes, es en esencia igual a la de las bases militares estadounidenses Bagram (en Afganistán, donde se denunciaron abusos contra prisioneros afganos) y Guantánamo (Cuba).
Estados Unidos retiene en su base militar de Guantánamo a cientos de supuestos miembros de los grupos extremistas islámicos Al Qaeda y Talibán en lo que Amnistía denomina un "limbo legal", sin acusación ni acceso a abogados.
La campaña contra el terrorismo lanzada por la administración de George W. Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 "carece de visión y de principios", declaró Khan al lanzar el informe.
"Violar derechos humanos a nivel nacional, pasar por alto los abusos en el exterior y usar la fuerza militar 'preventiva' a voluntad ha dañado la justicia y la libertad, y convertido el mundo en un lugar más peligroso", dijo.
Khan señaló que su organización entregó al gobierno de Estados Unidos un informe sobre los abusos cometidos en Iraq, pero no ha recibido respuesta.
"Parece que Kodak es más eficiente en la tarea de hacer rendir cuentas a Washington", dijo, en referencia a las fotografías de prisioneros torturados en Abu Ghraib, que recorrieron el mundo.
Sin embargo, las pruebas de los abusos son sólo "el resultado natural de la política de Estados Unidos de elegir qué partes del derecho internacional aplicar y dónde, y de colocarse fuera del alcance de la justicia y las obligaciones internacionales", añadió.
Pero no sólo Estados Unidos es responsable de abusos. Según el Informe 2004 de Amnistía, "la violencia de grupos armados y las crecientes violaciones de parte de gobiernos se combinaron para producir el ataque a los derechos humanos y al derecho humanitario internacional más sostenido de los últimos 50 años".
El informe condena a los grupos extremistas responsables del atentado del pasado 11 de marzo en Madrid, que dejó casi 200 muertos, y del ataque suicida de agosto de 2003 contra la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Iraq, que causó la muerte al Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Sérgio Vieira de Mello, y otras 22 personas.
Los ataques contra civiles e instituciones establecidas para ayudar en situaciones de conflicto e inseguridad, como la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, representan "una nueva amenaza a la justicia internacional", sostuvo Amnistía.
El informe detalla conflictos armados en Africa, además de represión de disidentes políticos, persecusión de activistas de los derechos humanos, violencia contra las mujeres y limitación del acceso de los más marginados a la justicia en ese continente.
En el continente americano, "los derechos humanos también son violados en nombre de la seguridad", y en Asia-Pacífico, "la protección a los derechos humanos es insuficiente y los abusos se multiplicaron en algunos países como resultado de conflictos armados".
En Europa, los gobiernos aprobaron "leyes antiterroristas" que atropellan las libertades civiles, intentan socavar la protección a los refugiados y restringen los derechos de asociación y expresión.
En Medio Oriente, la guerra contra Iraq y el conflicto palestino-israelí siguen dejando una estela de muerte. En Argelia, Marruecos y Arabia Saudita, están en aumento los ataques de grupos armados contra objetivos civiles y gubernamentales.
Khan cree que existe un impulso popular mundial para volver a ovillar el hilo rojo. "Hay un movimiento mundial por la justicia. Lo hemos visto en (el Foro Social Mundial) en Mumbai y en Brasil, y también en Madrid. La gente común cree en los derechos humanos", afirmó.
Amnistía intenta fortalecer esa red mundial de gente común. La organización "cuenta con el apoyo explícito de dos millones de personas, e implícito de muchas más, que dicen a sus gobiernos que ya no tolerarán la erosión de valores mundiales", dijo a IPS la secretaria general adjunta de Amnistía, Kate Gilmore.