Chile tiene diferencias con Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela. Además, Brasil no la toma en cuenta para el eje del gas. "Somos los ingleses de América del Sur", suelen decir algunos chilenos que se ven a sí mismos como a los ricos viviendo en una vecindad de pobres o como al mejor alumno en una clase de chicos respondones. Con una economía estable y un crecimiento proyectado de entre cuatro y cinco por ciento para este año, en el último tiempo las relaciones políticas de Chile en la región han ido de mal en peor. Aparentemente, el mar, el gas, el agua, los límites, las armas, el comercio y alguno que otro incidente diplomático separan a Chile de sus vecinos. Sin embargo, el antagonismo político en la región es, de un tiempo a esta parte, el motivo de fondo para diferendos que parecían superados. El eje conformado por los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, todos contestatarios a la política exterior de Washington aunque en grados e intensidades diferentes, amenaza el sueño chileno de convertirse en el líder y ejemplo de la región, pese a que goza del aval de su principal socio comercial, Estados Unidos.