TIMOR ORIENTAL-AUSTRALIA: Maldito petróleo

Australia impide que Timor Oriental, uno de los países más pobres del mundo, obtenga miles de millones de dólares explotando su petróleo, al negarse a firmar un acuerdo que delimite la frontera marítima entre los dos países.

Una coalición de organizaciones que exige justicia económica para el más joven de los países del planeta presionará a Canberra para que ponga fin a la situación.

El gobierno de Timor Oriental calculó que cada día de retraso en alcanzar un acuerdo implica la apropiación indebida por parte de Australia de millón de dólares en petróleo timorés.

Dili exige rondas de negociaciones mensuales hasta alcanzar una solución definitiva al desacuerdo. Pero Canberra pretende sentarse a la mesa semestralmente, e hizo saber a su contraparte que está preparada para bloquear el diálogo durante 20 años.

La última instancia de negociaciones se realizó la semana pasada, en Timor Oriental. La próxima conferencia está convocada para septiembre. En ese sentido, parece haber prevalecido la posición de Australia.

Pero la intransigencia del gobierno del primer ministro John Howard, del conservador Partido Liberal, ha sido cuestionada tanto por Timor Oriental como por un sector significativo de la sociedad australiana.

En su declaración de bienvenida a los representantes australianos, el primer ministro timorés Mari Alkatiri manifestó su voluntad de exhibir el debate ante la opinión pública mundial, al tiempo que expresó que un acuerdo limítrofe justo podría triplicar los ingresos de su país.

”Esto equivale al dinero para inmunizar y educar a todos los niños de Timor Oriental. Significa que más niños podrán sobrevivir hasta cumplir cinco años. Significa más vidas productivas. Es, literalmente, un asunto de vida o muerte”, advirtió.

Los negociadores australianos ignoraron el ruego de Alkatiri. Pero fuera de la sala de reuniones el clima era muy diferente.

Los timorenses están alimentando un creciente malestar hacia el gobierno de Howard por lo que consideran el robo de sus recursos, y lo manifestaron a viva voz frente a la embajada australiana y la sede de las negociaciones.

Sus reivindicaciones resonaron en Australia, donde organizaciones religiosas, ambientalistas y humanitarias las respaldaron. Y los medios de comunicación internacionales también cubrieron lo que han denominado ”el codicioso saqueo australiano”.

Timor Oriental gana la mayor parte de las regalías del pequeño campo petrolero de Bayu Undan, cuya soberanía le es reconocida por el Tratado del Mar de Timor. Pero el premio mayor son los 7.000 millones de dólares en regalías del enorme proyecto de gas y petróleo Greater Sunrise.

Alkatiri descubrió la trampa en marzo de 2003, cuando la Organización de las Naciones Unidas le entregó el control de un país destruido por militares indonesios en retirada y sus aliados.

Para lograr el acceso inmediato de los ingresos de Bayu Undan, Alkatiri fue presionado para firmar un acuerdo que asignó 82 por ciento de los de Greater Sunrise a Australia y el 18 por ciento restante a Timor Oriental.

El líder del partido Los Verdes de Australia, senador Bob Brown, visitó Dili la semana pasada para apoyar los esfuerzos de Alkatiri y organizaciones sociales timorenses por un reparto justo de la riqueza petrolera.

Las compañías que integran el consorcio aspirante a explotar Greater Sunrise —entre las que figuran la australiana Woodside, la estadounidense ConocoPhillips, la británico-holandesa Shell y la japonesa Osaka Gas— también sienten la presión.

Alkatiri afirmó que no presentará al parlamento ninguna ley para ratificar el acuerdo sobre Greater Sunrise, lo que obliga a las empresas a ejercer mayor presión sobre el gobierno australiano.

Compañías como Shell y Woodside, que se precian de sus políticas de responsabilidad corporativa, también son vulnerables a las críticas internacionales.

Los críticos tampoco creen, como afirma el gobierno de Howard, que la complejidad del problema obligue a esperar seis meses entre reunión y reunión, y recuerdan en ese sentido que Australia negoció en apenas 12 meses un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que cubre todos los rubros de la economía en 90 páginas.

”El derecho internacional obliga a los países a controlarse y no explotar unilateralmente recursos en áreas disputadas”, dijo Alkatiri a los negociadores australianos la semana pasada.

Mientras, se prevé una lucha política dentro de Australia. El opositor Partido Laborista votó en el parlamento la ratificación del acuerdo por Greater Sunrise, pero luego criticó las acciones intimidatorias del gobierno.

El portavoz de la Campaña por Justicia para el Mar de Timor, Dan Nicholson, consideró posible un cambio de gobierno en Australia en las elecciones previstas para fines de año, y que eso podría abrir la puerta a un acuerdo beneficioso para Timor Oriental.

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