Los árabes estadounidenses, una de las minorías étnicas más pequeñas de Estados Unidos, podrían inclinar la balanza en contra de la reelección del presidente George W. Bush, indicó una encuesta realizada en cuatro estados clave.
Si las opiniones actuales se mantuvieran hasta noviembre, Bush podría sufrir una pérdida neta de un tercio (170.000) de los votos árabes en Florida, Michigan, Ohio y Pennsylvania en comparación con las elecciones de 2000, cuando ganó una sólida mayoría de los sufragios de la comunidad en esos mismos estados.
Esa pérdida podría resultar decisiva en esos cuatro estados, donde Bush y el candidato del opositor Partido Demócrata, John Kerry, concentran sus esfuerzos de campaña, concluyó la empresa de opinión pública Zogby International, que realizó el sondeo para el Instituto Arabe Estadounidense (AAI), con sede en Washington.
En el sistema electoral de Estados Unidos, el ganador de la elección presidencial en cada uno de los estados recibe todos los votos electorales estaduales, sin importar su margen de victoria.
Cualquier cosa que pueda movilizar miles, o aun cientos de votos, puede tener un efecto sísmico en el resultado nacional, advirtió John Zogby, responsable de la encuesta publicada el miércoles.
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Con 3,5 millones de miembros, la comunidad árabe estadounidense constituye poco más de uno por ciento de la población nacional, pero participa más en las elecciones que otros grupos. Este año, se prevé que concurrirán a las urnas dos millones de árabes, equivalentes a 1,5 por ciento de todos los votantes habilitados.
La población árabe estadounidense se concentra en unos pocos estados, como California y Nueva York (donde se espera una victoria fácil de Kerry) así como en los cuatro estados abarcados por la encuesta de Zogby.
La empresa eligió a Florida, Michigan, Ohio y Pennsylvania porque tienen una población árabe-estadounidense superior al promedio y porque se cuentan entre 12 estados (la mayoría de ellos en la región norcentral de los Grandes Lagos) donde se prevé una votación presidencial particularmente reñida.
El voto árabe estadounidense (unos 235.000) en Michigan representa poco más de cinco por ciento del total de sufragios en ese estado. En Florida, constituye dos por ciento del total; en Ohio, poco menos de dos por ciento, y en Pennsylvania, 1,6 por ciento.
En 2000, Bush y el candidato demócrata Al Gore casi empataron en Florida. Los votos electorales de ese estado, definitorios de la elección presidencial, finalmente fueron otorgados a Bush mediante una polémica decisión de la Corte Suprema.
De acuerdo con la composición religiosa de la comunidad árabe estadounidense, dos tercios de los encuestados eran cristianos católicos u ortodoxos, cerca de un cuarto eran musulmanes y el resto eran protestantes. La mayoría son de origen libanés.
En 2000, Bush, que había declarado su oposición a los perfiles étnicos de árabes y musulmanes (contrariamente a la posición que adoptó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001), venció a Gore entre los votantes árabes estadounidenses en los cuatro estados estudiados por un margen de 49 a 29 por ciento.
El candidato del Partido Verde, Ralph Nader, un cristiano de origen libanés, recibió 16 por ciento de los sufragios de la comunidad.
Pero según la última encuesta, Kerry está en condiciones de revertir completamente los resultados anteriores y podría vencer a Bush por 45 a 28 por ciento de los votos, mientras Nader obtendría 13 por ciento.
Ante la alternativa de Kerry y Bush, sin considerar a Nader, 49 por ciento de los encuestados eligieron a Kerry y 34 por ciento a Bush. El resto estaba indeciso o votaría a otro candidato.
El apoyo a Kerry es más alto entre los inmigrantes árabes, entre los cuales 60 por ciento votarían al candidato demócrata y 19 por ciento a Bush, con 21 por ciento de indecisos. Entre los árabes nacidos en Estados Unidos, la proporción asciende a 46, 34 y 21 por ciento, respectivamente.
De manera similar, el respaldo a Kerry es más alto entre los árabes musulmanes (62 por ciento) que entre los árabes cristianos (46 por ciento).
Las cuestiones que más afectan la decisión del voto de la comunidad son la economía, la atención de la salud, el terrorismo y la seguridad nacional, la educación, la política exterior e Iraq, en ese orden.
Dentro de terrorismo y seguridad nacional, el vuelco de la comunidad árabe a favor del Partido Demócrata se relaciona con ciertas políticas adoptadas por Bush luego de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Las políticas federales desde el 11 de septiembre han creado un clima de hostilidad y sospecha contra árabes, musulmanes y personas procedentes del sur de Asia, afirmó Emira Habiby Browne, del Centro de Apoyo Familiar Arabe-Estadounidense.
Ejemplo de esas políticas son los arrestos y encarcelamientos en secreto de más 1.200 personas tras los atentados de septiembre de 2001, y un programa gubernamental de registro de huellas digitales, fotografías e interrogatorios de personas procedentes de 25 países, en su mayoría musulmanes y árabes.
A diferencia del resto del electorado, casi tres cuartos de los árabes estadounidenses consideran al conflicto entre Israel y Palestina muy importante en su elección.
En ese sentido, el apoyo de Kerry al plan de retiro unilateral de Gaza del primer ministro israelí Ariel Sharon parece haberle costado cierto apoyo de los árabes estadounidenses.
Interrogados sobre cuál de los dos candidatos principales les merece más confianza para resolver el conflicto palestino-israelí, sólo 22 por ciento eligieron a Kerry y 16 por ciento a Bush, que apoyó el plan de Sharon hace dos semanas.