La debilidad económica y política de Ecuador desinfla el optimismo en Wall Street. Hasta hace un mes este país era confiable entre los analistas, pero la turbulencia política y las presiones sociales tienen al gobierno de Lucio Gutiérrez en su punto más vulnerable y ha retornado el desaliento. Las perspectivas de un 2004, basada en un buen precio del petróleo, el nuevo oleoducto en plena operación y el movimiento indígena sin capacidad de reacción, hicieron suponer que éste era un año para cumplir con el plan del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Ecuador no es diferente a Venezuela. Tiene petróleo con buen precio, un nuevo oleoducto. Es diferente al de hace cuatro años en sentido favorable. Entonces, deberíamos estar optimistas, pero los problemas económicos y el minúsculo apoyo político en el Congreso Nacional hacen difícil cumplir el plan del FMI", señaló José Cerritelli, director de mercados emergentes de la consultora financiera estadounidense Bear Stearns C.