El mundo empresarial y financiero estadounidense sigue de cerca el llamado Plan Colombia, de lucha antidrogas y contra la guerrilla, y sus implicaciones para Ecuador. Para Estados Unidos, la frontera colombo-ecuatoriana es clave pues puede ser usada por traficantes de drogas y de armas y por la insurgencia. En tanto, para Ecuador el Plan Colombia significa la extensión de la violencia, dice José Cerritelli, experto en el análisis económico de América Latina de Bear Stearns. "Percibo mucha satisfacción sobre el papel de Ecuador, porque es bien sabido que la elección para los grupos violentos en Colombia es simple: si no es Perú es Ecuador. Hay que cerrar esa ventana. Lo peor sería no hacer nada", señala Cerritelli. Si el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, sigue asestando golpes duros, seguirá empujando a la guerrilla a Ecuador, apuntó.