El gobierno boliviano de Carlos Mesa comienza una semana conflictiva con sucesivas huelgas de transportistas y de los maestros rurales, con posibles marchas además, y otras medidas de presión de varios sectores, como trabajadores y estudiantes de la universidad estatal y de jubilados. La Confederación de Choferes de Bolivia advirtió con declarar un paro nacional desde el miércoles, en protesta por el alza de los precios de carburantes, y las autoridades del sistema nacional de universidades públicas y los estudiantes también ratificaron para esta semana el inicio de una marcha desde la occidental ciudad de Oruro hasta La Paz en reclamo de mayor asignación presupuestaria. Por su parte, la Confederación de Rentistas y Jubilados amenaza con tomar las instalaciones del Servicio Nacional del Sistema de Reparto, demandando la destitución del recientemente posesionado Interventor de esa entidad. También la Central Obrera Boliviana se alista para la movilización nacional de este jueves, en rechazo a la política gubernamental.