Si bien el gobierno de Bolivia logró bajar la tensión social generada por los conflictos con las universidades, trabajadores mineros sin jubilación y el Movimiento Sin Tierra, aún no logra convencer de apaciguar sus protestas a la Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación de Choferes del transporte de pasajeros, deudores y gremiales, que volvieron a ratificar el domingo el inicio de nuevas medidas de presión. El principal ejecutivo de la COB, Jaime Solares, volvió a arremeter contra el Poder Ejecutivo, y fijó el 3 de mayo como fecha de inicio del bloqueo de caminos y la huelga general indefinida contra la venta de gas a la Argentina y en demanda de sus reivindicaciones laborales.