UNION EUROPEA: La constitución avanza cuesta arriba

La unidad que exhiben los líderes de la Unión Europea ante el embate del terrorismo en Madrid pasará una dura prueba cuando comience el proceso de aprobación del Tratado Constitucional del bloque.

Aun cuando los 15 países que hoy integran el bloque y los 10 que se incorporarán el 1 de mayo logren un acuerdo para la cumbre de ese mes, el tramo más dificultoso del proceso es el de la ratificación, que en algunos países requiere un referéndum y en otros la votación parlamentaria.

Si el Tratado Constitucional es rechazado por alguno de los 25 países, el bloque estará en ”grandes problemas”, dijo el experto Ben Crum, del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) a la publicación electrónica EU Business.

UE deberá volver a sus viejos tratados, y entonces volver a negociar otro”, explicó Crum.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunieron el jueves y viernes en su habitual cumbre anual (Consejo Europeo) de la primavera boreal.

En esta ocasión, en lugar de concentrarse en las estrategias económicas de largo plazo, los líderes del bloque debieron considerar la lucha contra el terrorismo, a raíz de los atentados que asolaron Madrid el 11 de marzo.

Por lo tanto, en lugar de evaluar la marcha de la economía, el énfasis de la cumbre fue puesto en la integración europea, así como en un impulso a la cooperación en materia de inteligencia.

En cuanto a la integración, los 25 países acordaron alcanzar en el primer semestre de este año un acuerdo sobre el Tratado Constitucional a estudio de la Convención Europea que dirige el ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing.

La intención de los mandatarios es firmar el texto definitivo en la próxima cumbre, en junio.

El acuerdo alcanzado a fines de marzo contrasta con las disputas sobre el sistema de votación del Consejo Europeo en la cumbre anterior, celebrada en diciembre.

Alemania apoyó con decisión las propuestas de votación ponderada de acuerdo con la población de cada país, ya predominantes en la Convención. Ese sistema favorecería a Alemania, el país más poblado del bloque, lo cual fue rechazado principalmente por España y Polonia.

Ahora, los países acordaron, en principio, la negociación de un sistema de ”doble mayoría”, según el cual las decisiones deben adoptarse por más de la mitad de los países miembros pero de modo que representen más de 60 por ciento de la población de la UE.

El primer ministro irlandés Bertie Ahern, en ejercicio de la presidencia rotativa del bloque, consideró que la cumbre fue ”muy exitosa”, dada la voluntad política exhibida por todos los países para alcanzar un acuerdo antes de junio.

El presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, aplaudió los acuerdos alcanzados, a los que consideró ”un acuerdo real en el camino hacia el Tratado Constitucional”.

Mientras, el primer ministro británico Tony Blair dijo que luego de los atentados en Madrid había surgido una ”nueva sensación de unidad europea”.

Los líderes también lograron dominar ciertos desacuerdos sobre la situación en Iraq, y exhortaron a dar al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un mayor papel en el país árabe ocupado por Estados Unidos.

Pero surgen dudas sobre la sustentabilidad de los acuerdos alcanzados.

”Nadie subestima los numerosos y delicados problemas que aún quedan por resolver”, dijo el analista John Palmer, director político del Centro de Políticas Europeas (EPC), centro académico radicado en Bruselas.

Una cuestión espinosa es la de los plazos necesarios para la aprobación del Tratado Constitucional.

El gobierno de Irlanda, así como los Dinamarca, Eslovaquia, Hungría, Polonia, y República Checa, querrían que el acuerdo se alcanzara antes de las elecciones europeas que se celebrarán en junio.

Pero Francia y Gran Bretaña están preocupados de que las elecciones terminen convirtiéndose en un referéndum sobre el Tratado Constitucional.

Y en España, las negociaciones solo podrán comenzar una vez que esté instalado el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, lo que sucederá a mediados de abril.

La incertidumbre domina a Polonia, cuyo primer ministro Leszek Miller renunció en marzo luego de una revuelta interna en su partido.

Otro desafío que afronta el bloque es la composición de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE. La disyuntiva, en este caso, es si debe haber un comisario por país o si el órgano debe ser más pequeño y ágil.

Además, se discute la distribución de los escaños del Parlamento Europeo luego de la ampliación de mayo.

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