La semana pasada, poco antes del peor atentado en la historia moderna de Europa, el jefe de la inteligencia estadounidense advirtió que la retórica optimista de George W. Bush en la guerra contra el terror era prematura.
La red terrorista islámica Al Qaeda ha infectado a otras con su ideología, que describe a Estados Unidos como el gran enemigo del Islam, dijo el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet, a un comité de legisladores en el Capitolio, sede del Congreso.
El crecimiento del sentimiento antiestadounidense a través de la acción de un amplio movimiento sunita extremista y la diseminación de la experiencia destructiva de Al Qaeda asegura la persistencia de una seria amenaza en el futuro previsible, dijo Tenet.
Eso ocurrirá con o sin Al Qaeda en el horizonte, agregó. Aun así, mientras Al Qaeda siga golpeándonos, otros grupos extremistas dentro del movimiento sobre el que tiene influencia se han convertido en la nueva ola de la amenaza terrorista, dijo.
Existen docenas de esos grupos, incluso en Europa, según dijo Tenet a los legisladores estadounidenses.
En todo caso, el atentado que dejó 200 muertos la semana pasada en Madrid y su consecuencia electoral —la derrota de uno de los pocos aliados occidentales de Bush en la guerra contra Iraq— son un duro golpe para el presidente y su estrategia antiterrorista.
Los atentados ocurrieron poco después de una ofensiva estadounidense coordinada con 70.000 soldados de Pakistán en ese país para cazar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Eso ilustra, en cierto sentido, el descarrilamiento de la estrategia antiterrorista de Bush.
El modo en que el gobierno ha desarrollado esta guerra, especialmente su ataque contra Iraq, puede haber sembrado los dientes del dragón, dijo un funcionario del gobierno que solicitó reserva sobre su identidad.
El hecho de que nosotros y los europeos no hayamos tenido pistas sobre la posibilidad de que esto sucediera muestra cuán poco sabemos acerca de la 'próxima ola', agregó el informante.
Hans Blix, el ex jefe de los inspectores de armas en Iraq de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sugirió que la decisión de Bush de lanzar la guerra en ese país empeoró las cosas.
Entrevistado por el diario italiano La Stampa, Blix dijo que la guerra no puso fin al terrorismo en el mundo sino que, por el contrario, el resultado de este enfoque de mano dura le dio impulso.
Ese también pareció ser el mensaje recibido por el presidente del gobierno español recién electo, José Luis Rodríguez Zapatero.
Hasta el atentado del jueves, las encuestas pronosticaban que Rodríguez Zapatero y su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perderían ante el gobernante Partido Popular (PP) de José María Aznar.
La guerra en Iraq fue un desastre y la ocupación de Iraq es un desastre, dijo el futuro presidente español este lunes, al tiempo que afirmó que Bush y el primer ministro británico Tony Blair tendrán que hacer reflexión y autocrítica sobre su decisión de invadir.
Rodríguez Zapatero también anunció que las tropas españolas se retirarán de Iraq el 1 de julio, a menos que la ONU se haga cargo de la operación de mantenimiento de la paz, posibilidad a la que Bush siempre se ha opuesto.
No se puede bombardear un pueblo por si acaso ni se puede organizar una guerra por mentiras", añadió. Las guerras solo hacen proliferar el odio, la violencia y el terror, sostuvo el líder socialista español.
España desplegó 1.300 soldados en Iraq, poco menos del uno por ciento del total de tropas extranjeras ocupantes pero el tercer contingente de Europa occidental, detrás de Gran Bretaña e Italia.
Aznar, quien no competía por la reelección, se ubica entre los principales aliados de Bush, el segundo detrás de Blair, cuya popularidad cayó a raíz de la guerra en Iraq, según las encuestas.
Aznar tampoco pudo convencer más que a una pequeña minoría de españoles que la guerra de Iraq era una buena idea, a pesar de que puso todo su empeño en defender la guerra.
La oposición a la guerra en todos los países europeos excepto Italia superó 80 por ciento, según las encuestas.
Aznar fue recompensado con la inclusión de Batasuna, partido radical vasco vinculado con la organización armada ETA, en la lista de grupos terroristas internacionales del Departamento de Estado (cancillería estadounidense).
De todos modos, el líder del PP consideraba difícil la posibilidad de que su defensa de la guerra le restara votos, dada la difundida creencia de que la mayoría de los españoles no votan pensando en asuntos internacionales.
Hasta el atentado del jueves, las encuestas parecían confirmar esa creencia.
El triunfo socialista en España fortalecerá dentro de la Unión Europea la posición de Alemania y Francia, países que se opusieron a la guerra en Iraq si bien habían apoyado plenamente en 2001 las acciones contra Al Qaeda en Afganistán. (