IRAQ: Un año de convalecencia que más parece una agonía

Un año después de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lanzara su ofensiva militar para derrocar a Saddam Hussein, Iraq muestra aun mayores síntomas de inestabilidad y tiene pocas perspectivas de mejoría.

Los 100.000 soldados invasores se enfrentaron con poca resistencia de las fuerzas de Saddam Hussein cuando inició la invasión el 20 de marzo de 2003, pero desde entonces permanece prácticamente paralizado ante los constantes atentados de insurgentes iraquíes opuestos a la ocupación.

Mientras, los miembros del provisional Consejo de Gobierno, integrado por iraquíes pero bajo supervisión de Washington, admitieron que la gran mayoría de los 25 millones de habitantes de este país árabe no reconocen su autoridad.

”Este Consejo no tiene mucha credibilidad ante la mayoría de las personas, porque no fue elegido por el pueblo y porque no ha tenido grandes logros en los últimos meses”, dijo Mahmoud Osman, miembro del Consejo en representación de los kurdos.

Los desafíos que afrontan las fuerzas de ocupación y el Consejo, un año después de la invasión, se multiplican.

Mantener la seguridad es el primero de todos, según admiten funcionarios de Bagdad y de Washington. Lo que difículta la tarea son las discrepancias entre las mismas autoridades sobre los autores de los atentados.

El jefe civil de la ocupación estadounidense en Iraq, Paul Bremer, y el jefe del Comando Central, John Abizaid, afirman que la mayoría de los ataques son obra de la red islámica Al Qaeda, del líder saudita Osama bin Laden, responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Centenares de soldados han muerto desde que se inició la ocupación, así como funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas, de la Cruz Roja, y civiles iraquíes.

Bremer y Abizaid, así como sus amigos en el Departamento (ministerio) de Defensa, se basan especialmente sobre una carta encontrada en Iraq a comienzos de este año y al parecer escrita por Abu Musab Zarqawi, jordano-palestino que sería el líder de un grupo de Al Qaeda desplegado en territorio iraquí.

En la misiva, Zarqawi señala que los atentados contra las fuerzas de ocupación y sus colaboradores aumentarán en los días previos al 30 de junio, cuando se espera que Estados Unidos entregue el control del país a un nuevo gobierno iraquí.

Pero algunos jefes militares que supervisan la ocupación ponen en duda que Al Qaeda esté detrás de los atentados.

El comandante de la Primera Brigada Blindada a cargo de la seguridad en la capital iraquí, Martin Dempsey, consideró ante la prensa que es ”sólo una teoría” el vínculo de Al Qaeda con ataques perpetrados este mes de forma simultánea en Bagdad y Karbala, que mataron a unas 200 personas e hirieron a otras 550.

Dempsey y otros dudan de que haya un ”masivo ingreso de terroristas al territorio iraquí” y sostienen que los ataques son obra de ex partidarios de Saddam Hussein y opositores a la ocupación.

Pero la mayor preocupación de algunos funcionarios es que los ataques de la resistencia continúen luego de que Estados Unidos entregue el poder político al nuevo gobierno en junio.

Si los soldados estadounidenses permanecen en Iraq durante los próximos cuatro o cinco años para colaborar con el nuevo gobierno iraquí, es probable que la resistencia mantenga su lucha contra lo que considera una ocupación extranjera disfrazada.

La incertidumbre política es otro de los problemas de Iraq.

Washington y los 25 miembros del Consejo de Gobierno iraquí negocian el traspaso de la soberanía y la forma en que deberán realizarse las elecciones generales.

Es posible que el Consejo de Gobierno pase a tener 100 miembros en junio, y que los comicios se lleven a cabo a fines de este año o a principios de 2005.

Lo más difícil será resolver las grandes diferencias entre las numerosas etnias y grupos religiosos en un país con una pobre experiencia en debate democrático.

Mucho depende de la actitud que tome de aquí en más el influyente líder de la mayoría chiita, el ayatolá Alí Sistani, quien sufrió arresto domiciliario durante el régimen de Saddan Hussein y ahora es un duro crítico de la ocupación.

”Los líderes chiitas, y sobre todo el ayatolá Sistani, son el reflejo de la opinión del pueblo y por eso es muy importante para nosotros explicarles nuestras acciones para que tengamos apoyo”, admitió Mowaffaq al-Rabiee, miembro del Consejo.

A comienzos de este mes, el ayatolá expresó su oposición a la Constitución acordada por todos los grupos del país luego de meses de acalorado debate.

El peso político que aún tiene el ayatolá quedó en evidencia cuando los representantes chiitas en el Consejo demoraron la firma del documento y viajaron a la central ciudad de Najaf para intentar convencerlo.

Obtener más dinero para mantener la ocupación es otro de los desafíos, y del que Washington habla menos.

Antes de la invasión, la Casa Blanca y el Departamento de Defensa aseguraron que la operación no sería muy costosa debido a que la reconstrucción del país se cubriría con la venta del petróleo iraquí.

”Iraq tiene un gran potencial para la exportación de petróleo, y creemos que podrá comenzar a pagar su propia reconstrucción muy pronto”, dijo el año pasado ante el Congreso legislativo el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz.

Pero esto todavía no ha sucedido y es poco probable que ocurra en el corto plazo. La resistencia iraquí atacó varios oleoductos, lo que obligó a suspender las exportaciones en varias ocasiones.

Además, las instalaciones petroleras están deterioradas por falta de inversiones durante el pasado régimen, lo que reduce la capacidad exportadora del país.

Iraq está exportando mucho más petróleo que antes de la guerra, pero aún no obtiene las ganancias esperadas por el gobierno de Bush.

La venta de petróleo iraquí generó en todo el año pasado apenas 6.000 millones de dólares, muy lejos de los 4.000 millones mensuales que se necesitan para financiar la ocupación.

Todos estos problemas enredan a Estados Unidos, haciendo más difícil que cumpla el plazo para entregar la soberanía a los iraquíes. Los próximos meses dirán si cumplirá con su promesa a tiempo.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe