GRECIA: Minorías determinarán resultado electoral

Las comunidades minoritarias de Grecia —gitanos, inmigrantes rusos o musulmanes de origen turco— podrían ser las que decidan el ganador de las elecciones de este domingo.

Estos grupos suman hasta 600.000 personas dentro de una población de 10,6 millones de habitantes. Y el gobernante Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) ganó las elecciones de 2000 por apenas 70.000 votos de ventaja.

En la última encuesta permitida, realizada dos semanas antes de las elecciones, 40 por ciento de los entrevistados se inclinaron por votar al conservador partido Nea Demokratia (Nueva Democracia, ND), presidido por Costas Karamanlis, y 37 por ciento a Pasok.

El primer ministro Costas Simitis legó el liderazgo del partido de gobierno al canciller George Papandreou.

La ventaja de ND llegó a ser de siete puntos porcentuales, lo que llevó a Simitis a convertir la campaña electoral en una batalla entre dinastías políticas, dado que ambos candidatos a encabezar el gobierno son descendientes de ex primeros ministros.

Con la diferencia de intención de voto entre ambos contendientes equivalente al margen de error de la encuesta, la atención se concentra en los grupos sociales sobre los cuales ambos partidos tratan de apelar por el voto.

Estos grupos incluyen el sector de los indecisos (10 por ciento del electorado, según la encuesta) y las comunidades minoritarias. Y Papandreou podría ganar una parte importante de esos votos, según el analista político George Wilson.

”Los pontios procedentes de Rusia obtuvieron ciudadanía griega a instancias de Pasok, y los musulmanes de Tracia, que ven en Papandreou un defensor de los derechos de las minorías, aplaudieron sus gestiones por el acercamiento entre Atenas y Ankara”, escribió Wilson en el diario Athens News.

Además, ”gitanos y griegos de la diáspora no figuran en las encuestas, pero se prevé que la mayoría votarán por los socialistas gobernantes”, agregó.

En Grecia viven unos 300.000 gitanos, 150.000 griegos de origen ruso e igual cantidad de musulmanes.

Papandreou también corteja el voto femenino, y recuerda en tal sentido que Pasok alentó leyes para asegurar la equidad en la educación y en el mercado de trabajo y para proteger los derechos de las madres.

El dirigente socialista propone un ”programa de acción nacional” para establecer un consejo de equidad de género e instalar una red de mujeres para facilitar la obtención de empleo y crear centros de atención infantil.

Cincuenta y dos por ciento de los votantes son mujeres, pero en la tierra donde nació el concepto de democracia éstas sólo tuvieron derecho al sufragio en 1952. Apenas 8,7 por ciento de los actuales diputados son mujeres, menos de un tercio del promedio de la Unión Europea.

Folletos que exhortan a ”votar por mujeres” han sido distribuidos por un proyecto que financia la Unión Europea. Y Papandreou tiene una plataforma fuertemente feminista. El mismo es hijo de la feminista Margaret Papandreou, también conocida militante pacifista, nacida en Estados Unidos.

Pero buena parte de la campaña se refirió a necesidades básicas. El columnista de asuntos económicos Dimitris Kontogiannis ve ”más similitudes que diferencias” entre los candidatos.

Los puntos fuertes de la campaña son el desempleo, que según cifras oficiales asciende a nueve por ciento, la competitividad de la producción nacional, mecanismos para mantener el crecimiento económico y la reforma de la seguridad social.

En política exterior, las diferencias parecen menores. Papandreou, como canciller, fue el arquitecto del acercamiento de Grecia a Turquía, rival tradicional aunque aliada en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El candidato oficialista es percibido como más proclive a solucionar las disputas territoriales entre los dos vecinos.

El ganador también deberá asumir la delicada tarea de alentar la reunificación de Chipre luego de su ingreso a la Unión Europea el 1 de mayo. La isla está dividida entre el norte, donde la mayoría de la población es de origen turco, y el sur grecochipriota, luego de la intervención militar turca de 1974.

Karamanlis es considerado menos conciliador que Papandreou con Turquía respecto de Chipre.

Así que, por un lado, Karamanlis, de 47 años, propone poner fin a 12 años de gobierno socialista, al que acusa de clientelismo y corrupción.

Y, por el otro, Papandreou, de 51, trata de mostrarse no como continuador del régimen de Pasok, sino como un innovador que obtuvo su candidatura en elecciones abiertas a toda la ciudadanía y en las que participaron 1,5 millones de personas, tres veces más que los afiliados al partido.

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