DROGAS: Lucha contra el narcotráfico al menudeo

Los expertos en narcotráfico solían apuntar contra los grandes barones de la droga, pero ahora desplazaron la mira hacia los traficantes minoristas que actúan en pequeñas comunidades.

Gobiernos y agencias se concentran en la delincuencia transnacional, sin prestar la atención debida a delitos y actos de violencia vinculados con la droga y que tienen efectos directos sobre la población, alertó el organismo que controla la aplicación de los tratados internacionales en la materia

Las autoridades nacionales y multilaterales deben ocuparse de los efectos del abuso de drogas en la delincuencia y la violencia, recomendó la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

Esas consecuencias repercuten de manera negativa en las personas, la familia, el vecindario y la misma comunidad, advirtió el presidente de la JIFE, Philip Emafo.

Existen pruebas abundantes de la relación entre la delincuencia grave, la violencia y el uso indebido de drogas, por una parte, y las consecuencias negativas para los individuos y las comunidades, por otra, según el informe de las actividades de la JIFE en 2003.

Como ejemplo, el informe distribuido este miércoles menciona que, según análisis sanguíneos, 69 por ciento de los detenidos en cinco circunscripciones de Gran Bretaña a fines de los años 90 eran en el momento del arresto usuarios de al menos una droga ilícita.

Según el mismo estudio, esa proporción era de 61 por ciento en el caso de los detenidos por agresión.

El estudio de la JIFE cita también una investigación efectuada por el Banco Mundial en América Latina y el Caribe, según el cual las bandas juveniles que participaban en el tráfico de drogas actuaban, por lo general, con mayor violencia que las bandas ajenas a esa actividad.

Pero los especialistas de la JIFE previnieron de que los jóvenes que consumen drogas ilícitas y están involucrados en el narcotráfico no son solo delincuentes sino también víctimas de sus propias actividades.

Los efectos de esas acciones perjudican asimismo a las familias, los vecindarios y a comunidades enteras que sufren las consecuencias de culturas en que la violencia, relacionada con el uso indebido de la droga, se vuelve generalizada y omnipresente, sentenció la agencia.

El informe de la JIFE estimó conveniente que la sociedad combata la delincuencia violenta relacionada con las drogas a nivel microsocial.

Pero el documento distribuido en Viena, sede de la JIFE, examina de igual manera la campaña global contra el uso indebido de drogas y la producción y el tráfico ilegales de esas sustancias.

Durante 2003 persistió la tendencia a utilizar Internet y los servicios postales internacionales para el comercio ilegal de estupefacientes.

Una de las corrientes de ese tráfico se dirige de Asia a países de Europa y a Estados Unidos. Funcionarios gubernamentales de India informaron sobre incautaciones en las oficinas postales de paquetes que contenían substancias psicotrópicas.

Las autoridades suizas reconocieron que en el último año se observó un aumento significativo de envíos ilícitos de paquetes comerciales que contenían substancias psicotrópicas compradas a través de Internet.

La JIFE tuvo conocimiento también de que drogas estimulantes, como las anfetaminas, se siguen usando en las fuerzas militares durante conflictos armados.

El informe recordó que durante la segunda guerra mundial (1939-1945), las autoridades alemanas castigaban con encarcelamiento el consumo de cocaína o de opiáceos de los soldados. Pero el ejército de Alemania distribuía a las tropas Pervitin, una metanfetamina, junto con bebidas alcohólicas.

En la misma época, el ejército japonés empleaba profusamente anfetaminas para elevar el rendimiento de los soldados.

La JIFE comprobó que la cannabis sigue siendo la droga de uso indebido más común en Europa. Su cultivo y tráfico son cada vez mayores en la región.

En cuanto a la cocaína, el mercado de Europa continua siendo uno de los mayores del mundo, solo superado en importancia por el de América del Norte.

A su vez, el uso indebido de la heroína se ha propagado por países de Europa central y oriental, donde substituye a opiáceos de producción local.

La oficina especializada pronosticó que el tráfico de heroína aumentará en la ruta de los Balcanes y en Europa central como resultado de dos años de cosechas de adormidera (también conocida como amapola) sin precedentes en Afganistán.

Pese a la intervención militar de una alianza comandada por Estados Unidos, al cambio de régimen político y a la lucha emprendida contra el terrorismo, el cultivo y el tráfico ilícito de opiáceos han aumentado en Afganistán, expuso la JIFE.

El cultivo de adormidera se ha reanudado en Pakistán, en particular en zonas donde antes no se cultivaba.

El informe de la JIFE refleja la preocupación del organismo ante un posible incremento del tráfico de drogas hacia Iraq y dentro del territorio del país árabe. Sin embargo, no se ha notificado que eso constituya aún un problema grave.

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