Los logros alcanzados por Rusia en materia de democracia y derechos humanos tras la caída de la Unión Soviética en 1991 se deterioran en forma acelerada por culpa del gobierno de Vladimir Putin, señaló el Grupo Helsinki de Moscú.
Las autoridades rusas sólo sirven a la sociedad con palabras, dijo la activista Tanja Lokshina, miembro de este grupo creado en 1976 para promover los derechos humanos en la ex Unión Soviética.
El grupo dejó de funcionar en 1982 luego de que la gran mayoría de sus integrantes fueran detenidos por las autoridades soviéticas. Ese año se creó la Fundación Internacional Helsinki, que jugó un papel clave en la liberación de presos políticos en el ahora disuelto país comunista.
En 1989, el Grupo Helsinki de Moscú volvió a trabajar y desde entonces lucha por la defensa de los derechos humanos en Rusia. La conexión con la oficina en Finlandia es todavía muy fuerte.
Lokshina presentó en Helsinki un informe sobre la situación de los derechos humanos en Rusia en vísperas de las elecciones presidenciales del 14 de este mes. Putin es el favorito, según las encuestas.
Los defensores de los derechos humanos en Rusia no gozan ahora del apoyo que tenían de Occidente en el pasado. Después de los atentados del 11 de septiembre (de 2001 en Nueva York y Washington), cuando Moscú se incorporó a la lucha antiterrorista, nuestra situación empeoró, señaló.
Los logros democráticos tras la caída de la Unión Soviética (en 1991) han sido desmantelados en forma sistemática. Los últimos cuatro años hemos visto un retroceso en la democracia. El gobierno ruso está eliminando todas las instituciones y fuerzas democráticas, dijo Lokshina.
La activista señaló que el proceso de deterioro comenzó en 1999, cuando Moscú lanzó su segunda guerra contra los rebeldes separatistas de Chechenia.
La república es ahora una zona en donde la violencia no tiene límites, donde los derechos humanos son violados en forma sistemática y las arbitrariedades y la impunidad reinan. Chechenia es una guerra olvidada e ignorada por la Unión Europea, afirmó.
Pero la activista indicó que Chechenia es sólo una expresión más violenta de lo que está pasando en toda Rusia, donde las voces independientes han sido silenciadas.
Por muchos años, en Chechenia se han ensayado violaciones a los derechos humanos. Muchos policías van allí por un período y luego se les traslada a otras partes del país, llevando consigo así a todo el territorio su experiencia de violencia sin control, afirmó.
El escritor y activista checheno Islam Elsanov, que asistió a la conferencia en Helsinki, denunció que, al amparo de una orden del Kremlin, las fuerzas militares rusas matan en forma sistemática a todos los chechenos en edad militar.
Informes oficiales indican que unas 3.000 personas han desaparecido, pero el número debe ser más alto aun, afirmó.
Elsanov, hoy exiliado en Noruega, dijo que las autoridades militares rusas secuestran personas en Chechenia y exigen una recompensa a sus familias.
Si no se les paga en una semana, o en el mejor de los casos en un mes, los secuestradores amputan un miembro de la víctima. Y si el tiempo pasa, la persona secuestrada no es vista de nuevo, señaló Elsanov, quien pidió una intervención de la comunidad internacional.
Rusia está cometiendo un genocidio en Chechenia, afirmó.
Mientras, el ambientalista Alexander Nikitin dijo que el gobierno de Putin no presta atención a la sociedad civil ni a la oposición política.
Nikitin estuvo en el centro de la atención pública en 1996 cuando reveló detalles de una serie de accidentes nucleares que comprometían a la marina rusa. Fue acusado de espionaje por el gobierno, pero los cargos fueron levantados en 2000.
Las organizaciones ambientalistas de Rusia tienen cientos de miles de partidarios que también exigen el fin de la guerra en Chechenia, afirmó el activista.
Pero la sociedad civil es ignorada y denigrada por los líderes políticos, mientras que los asuntos ambientales fueron dejados fuera de la agenda gubernamental, señaló.
La única opción para Kikitin es concentrarse en las próximas elecciones parlamentarias de 2007 y conformar una amplia y unida oposición política.