La elección del magistrado boliviano Eduardo Rodríguez como presidente interino de la Corte Suprema de Justicia desató una profunda crisis en el máximo tribunal. El ministro decano Kenny Prieto anunció su decisión oficial de alejarse de esas funciones, tras denunciar que en esa elección “se malinterpretó y violentó la ley, la costumbre y la tradición” sólo para apartarlo del camino. Si Prieto renuncia, la Corte Suprema se quedaría con apenas la mitad de sus integrantes (seis), lo que amenaza su normal funcionamiento.