Mientras el parlamento de China se reúne para reformar la Constitución nacional y proteger la propiedad privada, los nuevos ricos se mudan de proletarios bloques de viviendas comunales a modernos apartamentos dúplex y mansiones suburbanas.
Ante la disposición de los bancos a ofrecer créditos de bajos intereses para financiar hasta 70 por ciento del valor de viviendas nuevas, muchos de los 200 millones de residentes urbanos del país más poblado del mundo se decidieron a pedir préstamos hipotecarios y adquirir nueva casa.
Este ”boom” inmobiliario sin precedentes impulsará aún más el impresionante crecimiento económico nacional y convertirá a China en una especie de paraíso para los arquitectos.
Pronto, la capital Beijing —la vitrina de este boom, en preparación para los Juegos Olímpicos de 2008— contará con obras de los más reconocidos arquitectos del mundo, como Zaha Hadid, Rem Koolhaas, Riken Yamamoto y otros.
Mientras tanto, arquitectos chinos desarrollan en las ciudades complejos residenciales con atractivos nombres occidentales como ”Palm Springs”, ”Upper East Side”, ”Chateau Regalia” y ”Merlin Champagne Town”.
Muchos de esos complejos tienen guardia las 24 horas y están rodeados de muros, dentro de los cuales hay canchas de golf y de tenis, piscinas, gimnasios, chalés con garage doble y pequeñas habitaciones para la nueva clase de empleadas domésticas con cama.
”La gente llega de la calle para comprar apartamentos en el complejo Jianwai Soho y nos ofrece valijas llenas de dinero. Es una locura”, comentó Antonio Ochao Piccardo, principal arquitecto de un nuevo proyecto en el centro de Beijing, realizado por la exitosa empresa de construcción Soho China Ltd.
Jianwai Soho es un complejo minimalista de vanguardia, con cristales del techo al piso. Cada apartamento cuesta en promedio 300.000 dólares.
El complejo, que incluye un atractivo parque con caminos sinuosos semejantes a las ”hutong” (callejuelas) de Beijing, desafía la tradicional orientación norte-sur, porque todos los edificios tienen una orientación de 30 grados al este que los inunda de luz.
”Más de 90 por ciento de nuestros compradores son chinos”, declaró Zhang Xin, directora ejecutiva de Soho China. ”Cerca de la mitad de ellos vienen de fuera de Beijing. Ahora que muchos pueden pagársela, todos quieren su casa en la capital”, agregó.
Zhang, que estudió economía en la Universidad de Cambridge, Gran Bretaña, ganó el premio Silver Lion por su papel de ”patrocinadora de la arquitectura” en la Bienal de Venecia de 2002.
Soho, el proyecto arquitectónico más osado de China, es un complejo de casas de descanso, todas diseñadas individualmente por 12 de los mejores arquitectos de Asia, y situadas a tiro de piedra de la Gran Muralla.
El personal se viste con uniformes de estilo maoísta con insignias, que evocan el fervor de la Revolución Cultural (1966-1976).
Los arquitectos eligieron una impresionante combinación de diseño ultramoderno y estilo Zen en medio de un ambiente natural.
Los nuevos ricos de China deben pagar un mínimo de 500.000 dólares por una casa de retiro como la vistosa Cantilever House de Ochao Piccardo, que tiene vista hacia un valle. El interior es grande y espacioso, y sobre el techo hay un jardín, un jacuzzi y un área de barbacoa.
La llamada ”Comunidad junto a la Muralla” y todo el concepto de casa de descanso sin duda atraen a los nuevos ricos, pero los edificios de Soho China en barrios céntricos son la última historia de éxito comercial.
La llegada de Soho China Ltd. al mercado inmobiliario nacional, hace siete años, fue revolucionaria. Por primera vez en China, donde el régimen comunista entregaba a los residentes viviendas de concreto sin ningún accesorio, los constructores comenzaron a ofrecer apartamentos prontos para instalarse, con cocinas completas, paredes pintadas y artefactos sanitarios en los baños.
Ahora, numerosas empresas de construcción en todo Beijing intentan reproducir el éxito de Soho China.
Merlin Champagne Town, un complejo de la compañía Merlin Chinta Development Group, mezcla diseños minimalistas con el confort suburbano, en una oferta de apartamentos dúplex con jardines privados y grandes terrazas.
”No todos pueden comprarse una mansión en las afueras”, explicó Liu Li, un consultor inmobiliario de Merlin Town. ”Pero muchos quieren tener el espacio y el ambiente propios de esas zonas. Apuntamos precisamente a ese tipo de consumidores”, dijo.
El boom inmobiliario es impulsado por una revolución del diseño y, paradójicamente, por la nostalgia de la serenidad de la naturaleza perdida.
”Hay demasiados bloques de concreto a nuestro alrededor, demasiado acero y cemento, por eso la gente busca escapar”, dijo a IPS Rebecca Xsu, propiataria de Cottage, una tienda de diseño de interiores. (