La jerarquía de la Iglesia Católica en América Latina se monta en el éxito de la película La pasión de Cristo para promover una línea religiosa conservadora, mientras desdeña el libro El código Da Vinci, best-seller que muestra un rostro manipulador del Vaticano.
A la intensa publicidad con que se promueve la cinta del director y actor Mel Gibson se sumó la recomendación de verla por parte de prelados de la región, con el argumento de que en ella Dios toca el corazón de los fieles, según dijo el obispo auxiliar de Managua, Jorge Solórzano.
La cinta, que se detiene a exhibir con crudeza los golpes y humillaciones que según las escrituras católicas habría sufrido Jesús en sus últimas horas de vida, fue estrenada en la región la tercera semana de este mes.
Se calcula que sólo en el primer fin de semana de exhibición, recaudó más de 40 millones de dólares, lo que la transformó en una de más taquilleras de la historia del cine de América Latina, la región con más católicos en el mundo.
La película de Gibson apunta a promover una visión religiosa con énfasis en la salvación individual y la aceptación del sufrimiento, dijo a IPS el presidente de la no gubernamental Asociación Latinoamericana para el Estudio de la Religiones, Elio Masferrer.
Se trata de un concepto que promueve el actual Papa (Juan Pablo II), en detrimento de las posturas progresistas de la iglesia, que ha combatido velada o abiertamente, opinó.
En los 25 años del actual papado, el ala progresista de la iglesia latinoamericana, parte de la cual pregonaba la llamada Teología de la Liberación, fue arrinconada, y en la actualidad casi ninguno de sus exponentes ocupa lugares en la jerarquía eclesial.
Según Masferrer, quien es además profesor de religiones en varias universidades mexicanas, La pasión de Cristose regodea en el sacrificio, la sangre y la tortura, más que en el mensaje cristiano.
Desde el Vaticano, la película fue recomendada por considerarla una pieza cinematográfica apegada a la verdad.
Siguiendo esa línea, el obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, sostuvo que quien observe la película no puede quedar indiferente a su belleza y a la verdad que transmite.
Jorge Casaretto, presidente en Argentina de Caritas, institución humanitaria oficial de la Iglesia Católica, declaró que ver el filme puede hacer mucho bien (a los fieles), sobre todo en un tiempo en que se ven tantas cosas que no son edificantes.
Por el contrario, la jerarquía católica de la región se declaró indignada y protestó por la difusión del libro El código Da Vinci del estadounidense Dan Brown, una novela que circula desde el año pasado, ya vendió cerca de 40 millones de ejemplares en el mundo y fue traducida a 30 idiomas.
La trama del libro se basa en la idea de que durante cientos de años la Iglesia Católica ha ocultado la verdad sobre Jesús y María Magdalena, quienes habrían sido esposos, con la idea de mantener viva a esa institución y marginar las mujeres de sus puestos directivos.
El obispo chileno Juan Ignacio González pidió a los católicos que no compren ni lean el libro, mientras en México una fuente de la Conferencia Espiscopal, en condiciones de anonimato, dijo a IPS que la obra de Brown es una blasfemia.
En Chile ya circula una edición pirata de El código Da Vinci que se compra con avidez, mientras en Argentina y México las editoriales lo clasifican como uno de los libros más vendidos.
Es un libro con muchos errores históricos, pero atrapa al lector pues recoge algunas teorías viejas y nuevas, inventadas o no, sobre la existencia de textos sagrados y hechos que han sido supuestamente ocultados por la Iglesia (Católica), comentó Masferrer.
Por suerte para la iglesia de América Latina, si el libro se compara con el alcance e impacto de La pasión de Cristo, quedará apenas como un fenómeno marginal, pues en la región se lee mucho menos que en Europa o Estados Unidos, apuntó.
No obstante, la productora transnacional Columbia Pictures ya compró los derechos para filmar una película basada en El código Da Vinci.
'El código Da Vinci' es un libro que no debería leer nadie, pues no tiene pies ni cabeza y sólo ofende a los creyentes, sostuvo la fuente de la iglesia mexicana.
Según el texto, que el autor advierte es de ficción, Jesús estuvo casado con María Magdalena, mujer que es presentada como una prostituta en las escrituras católicas,y tuvo con ella un hijo, cuyos descendientes viven protegidos por una institución llamada El Priorato de Sión, guardiana de la fe original en Jesús y su esposa, pero la Iglesia Católica ha ocultado a toda costa esos hechos.
Personajes del libro descubren la verdad, pero al intentar ahondar en sus investigaciones se enfrentan a la iglesia, representada por un albino que integra la conservadora y derechista congregación Opus Dei.
Esa congregación no es ficticia, y su fundador Josemaría Escrivá de Balaguer fue canonizado por Juan Pablo II en 2002. También es la que más ha criticado al libro y en sus diversas publicaciones periódicas lo combate con fuerza.
