Ya le buscan más a ella que a mí, comentó el presidente de México, Vicente Fox, al referirse a su esposa, Marta Sahagún, quien reconoce tener interés en sucederlo en el cargo, meta que alienta bajo una lluvia de críticas.
Sahagún, cuyo protagonismo es tal, que hasta su biografía ocupa casi el doble de espacio que la de Fox en el sitio en la red mundial de computadoras de la presidencia mexicana, es hoy el centro de atención de dirigentes políticos, organizaciones no gubernamentales, politólogos y hasta de religiosos.
Señora presidenta le ha dicho más de uno a la esposa de Fox, durante giras que ha realizado por el interior del país, pero también en el extranjero.
Según declaró Sahagún esta semana, entre sus planes futuros sí está la candidatura presidencial en 2006, cuando Fox terminará sus seis años de gestión.
Aunque su lazo conyugal con el mandatario no le impide competir electoralmente, legisladores piensan poner ya candados a las aspiraciones de la llamada primera dama con alguna iniciativa de ley, pues consideran que si ella compite no habría equidad en el proceso.
Además, ordenaron realizar una auditoria exhaustiva a la presidencia para ver si ha beneficiado con recursos a la fundación privada Vamos México, que preside la propia Sahagún.
La esposa de Fox, que según varias encuestas es para los consultados una de las figuras más queridas del espectro político local, mantiene un frenético y ascendente activismo social al tiempo que comanda su fundación.
En un mismo día, Sahagún puede viajar en helicóptero con grandes comitivas a lugares remotos del país, dar entrevistas a medios de comunicación, inaugurar alguna exposición de arte en la capital, visitar a niños huérfanos y llorar públicamente por alguna injusticia.
Sahagún está usando y abusando de su posición para mezclar asuntos privados y públicos, mientras su marido se está relegando a segundo plano, dijo a IPS José Antonio Crespo, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
La primera dama, que antes de casare con Fox en 2001 actuaba como su portavoz, sostiene que está abierta a toda crítica, pero siempre que ésta se ejerce de modo frontal ella evoca argumentos relativos al machismo y la misoginia para defenderse.
Las mujeres mexicanas están lista para llegar a cualquier puesto, aunque haya personas que creen que somos inferiores, repite continuamente.
Nos pueden seguir golpeando a cada quien (a la mujeres) como quieran: físicamente, psicológicamente, moralmente, espiritualmente, pública y políticamente, pero eso se acabó, dijo a inicios de este mes.
La declaración surgió luego que el diario británico Financial Times publicará una extensa nota donde cuestiona la transparencia en los gastos y funcionamiento de la fundación Vamos México.
El escritor Germán Dehesa señaló que alguien tiene que explicarle (a Sahagún) que las críticas no son contra 'la mujer' sino contra 'una mujer' llamada Marta Sahagún.
Si la esposa de Fox quiere competir por la presidencia, deberá explicar cómo va a despojarse de todos los elementos que son propios de ella: usar aviones, helicópteros, el personal de Los Pinos (la casa presidencial) y el servicio de seguridad, para que la contienda sea equitativa, apuntó el ex canciller Jorge Castañeda.
La señora Sahagún sigue moviéndose para ser candidata, cosa que a mí me parece totalmente inconveniente, pues eso equivaldría a una reelección, expresó por su parte ex presidente Miguel de la Madrid. Por ley, la reelección no está habilitada en México.
Para el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar, Sahagún debería ser descartada para la presidencia, pues no tiene la experiencia de un cargo de elección popular.
Las críticas no vienen sólo de los hombres, sino del movimiento de corte feminista.
Hay que poner un límite al activismo de Sahagún, pues ella aprovecha su situación para acaparar recursos financieros que antes iban a grupos sociales organizados y llevar la agenda femenina por terrenos de la derecha política, declaró María Mejía, directora de la organización no gubernamental Mujeres Católicas por el Derecho a Decidir.
Como cabeza de una agrupación privada como Vamos México, la esposa del mandatario perturbó el campo de la filantropía porque pocos donantes resisten la presión implícita en que desde la casa presidencial se organicen recaudaciones de fondos, opinó el analista Miguel Grandos.
Pero Sahagún afirma que nadie detendrá su trabajo y amor por México y que seguirá firme en sus proyectos.
Fox declaró durante una gira de trabajo el mes pasado por la ciudad de Mérida, en la sudoriental el península de Yucatán, que su esposa es una señora que todo lo puede y añadió que ahora le buscan más a ella que a mi.
En los actos públicos es común verla repartiendo besos, orando a Dios, llorando o disertando sobre la profunda cercanía que afirma sentir por el país, su marido y el proyecto político que encabeza el mandatario, del conservador Partido Acción Nacional, al que pertenecen ambos.
Sahagún, cuya preparación académica universitaria se limita a seminarios de diverso tipo y a cursos de inglés, es conocida por su gustos por la ropa y la joyería caras, así como el asesoramiento constante que recibe de modistos, peluqueros y expertos en imagen.
Con la reina Sofía de España, Sahagún comparte la afición por las prendas de la marca Escada, cuyo valor en el mercado va de los 1.000 a 4.000 dólares, mientras con la princesa Carolina de Mónaco y la reina Rania de Jordania, la debilidad por los trajes y accesorios de la casa Chanel.
Marta pudo haber mantenido el lugar discreto pero influyente que ejerció en los tiempos de lucha (cuando apoyaba a Fox en la campaña electoral) y en el primer año de ejercicio de poder. Sin embargo, la ambición la ha rebasado y hoy es una figura incómoda para el actual gobierno, opinó el analista Sergio Sarmiento.