IRAQ: Bombas en Kurdistán añaden incertidumbre

El atentado suicida cometido en el hasta ahora tranquilo Kurdistán iraquí añade nuevos motivos de tensión, cinco meses antes de la prevista entrega del poder de Estados Unidos a un gobierno civil en Bagdad.

La onda expansiva de las detonaciones en las oficinas de dos organizaciones kurdas aliadas de Washington ocurridas este domingo se sintieron en todo el norte iraquí, y llegaron incluso a Turquía, Siria e Irán.

Un hombre vestido como clérigo musulmán se inmoló durante las celebraciones de la festividad islámica de Eid-al-Adha en las oficinas del Partido Democrático Kurdo (PDK) en Irbil, unos 350 kilómetros al norte de Bagdad.

Al mismo tiempo, y a unos pocos kilómetros de distancia, una bomba similar sembró muerte y pánico en un festejo de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK)

Los ataques suicidas mataron más de 60 personas, entre ellas altos dirigentes del PDK. El líder del partido, Massoud Barzani, y el del UPK, Jalal Talabani, no se encontraban en los lugares donde se registraron las explosiones.

Ambas organizaciones, otrora rivales, se aliaron para fortalecer la voz de los kurdos en el futuro de Iraq. Barzani y Talabani anunciaron que los ataques fortalecían su resolución de unirse.

Este embate fue el peor registrado en el Iraq ocupado por Estados Unidos desde que un coche bomba mató a un centenar de personas, entre ellas el líder chiita ayatolá Mohammed Baquir al-Hakim, el pasado 29 de agosto en la ciudad de Najaf.

El canciller iraquí Hoshiyar Zebari, él mismo kurdo, atribuyó los atentados a la organización islámica sunita Ansar al-Islam, que tiene vínculos con la red terrorista Al Qaeda.

Pero ningún grupo se atribuyó el ataque. De todos modos, si se detecta alguna conexión con Al Qaeda u otra organización sunita, aumentaría la tensión entre árabes y kurdos.

Las bombas explotaron luego de que nuevos informes añadieron detalles sobre el alcance de la colaboración kurda con la invasión estadounidense para deponer al ex presidente iraquí Saddam Hussein.

Los kurdos constituyen entre 15 y 20 por ciento de los 24 millones de iraquíes y son la mayoría de la población del norte del país.

Desde la guerra del Golfo de 1991, organizaciones nacionalistas administran el área, protegidas por la aviación de Estados Unidos y Gran Bretaña.

El secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell ha calificado la administración autónoma kurda de ”modelo”.

Los kurdos quieren formalizar sus avances en una nueva organización política iraquí de carácter federal antes de que Estados Unidos se retire del país.

”Nuestros logros son irreversibles. No podemos retornar a la situación en que estuvimos hace años”, dijo el líder kurdo iraquí Necirvan Barzani al diario turco Daily News.

Los líderes kurdos proponen la formalización de una federación, con los chiitas controlando el sur y ellos mismos en el norte.

Los chiitas, rama del Islam mayoritaria en Iraq con 40 por ciento de la población, han sido marginados del mapa político del país durante decenios de dominio sunita.

”Los kurdos tienen derecho a la autodeterminación”, dijo este lunes desde su residencia en Gran Bretaña el dirigente de esa minoría Siamand Banna.

La federación propuesta por los kurdos sería ”un Iraq unificado”, y la riqueza petrolera de Kirkuk en el norte sería compartido con sunitas y chiitas en el centro y en el sur, aseguró Banna.

Pero existe oposición a esos planes dentro y fuera de Iraq, en especial de la población del norte que no pertenece a la etnia kurda.

Entre ellos figuran los sunitas empujados al norte durante la ”arabización” dispuesta por Saddam Hussein, así como los turcomanos, minoría de origen turco. De todos modos, los kurdos proponen una administración autónoma con representación de las minorías.

La posición de Estados Unidos no es clara. El gobierno turco rechaza la autonomía kurda en Iraq, pues daría argumentos a sus propios kurdos, que constituyen 20 por ciento de sus 68 millones de habitantes y son la mayoría en el sudeste de su territorio.

Durante la visita del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan a Washington la semana pasada, el presidente estadounidense George W. Bush y Powell se limitaron a decir que se mantendría la unidad del territorio iraquí.

Erdogan, sin embargo, dijo que la propuesta kurda no es ”saludable” y desestabilizaría la región.

El pueblo kurdo, de 19 millones de personas, se extiende sobre la jurisdicción de cuatro países (Turquía, Siria, Irán e Iraq), y constituye la minoría étnica más grande del mundo sin territorio propio.

En Turquía, donde reside la mayoría, sólo se les reconoció el derecho al uso y enseñanza de idioma el año pasado, como consecuencia de la presión de la Unión Europea para admitir al país como miembro del bloque en el futuro.

El subsecretario (viceministro) de Defensa estadounidense Paul Wolfowitz sostuvo en la televisión turca que cualquier federación que se constituya en Iraq se basaría sobre la geografía y no sobre la pertenencia étnica.

La declaración es percibida como una señal de que Turquía es, otra vez, percibida por Estados Unidos como un socio estratégico vital en Medio Oriente. (

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