El cobre alcanzó este miércoles el precio más alto de los últimos ocho años, en una escalada que se sustenta en la reactivación de la economía mundial y en la especulación de inversionistas, que optan por comprar el metal ante la incertidumbre en los mercados de divisas.
La cotización de 1,35 dólares por cada libra (453,6 gramos) de cobre, al cierre de las operaciones en la Bolsa de Metales de Londres, es la mayor desde el precio de 1,36 dólares registrado el 14 de diciembre de 1995, destacó en Santiago la Comisión Chilena del Cobre.
Nicolás Eyzaguirre, el ministro de Hacienda de Chile, que es el mayor productor mundial de cobre, expresó su satisfacción por el alto precio alcanzado este miércoles y señaló que es muy probable que esta tendencia al alza se mantenga.
El cobre representa alrededor de 37 por ciento de los ingresos por exportaciones de Chile, que con una producción anual de 5,5 millones de toneladas cubre alrededor de 35 por ciento de la demanda mundial, superando a otros grandes productores, como China, Australia, México, Perú y Zambia.
No debería sorprender que el precio de la libra de cobre llegue a 1,50 dólares en el curso de este año y que se mantenga persistentemente por sobre un dólar la libra en los próximos cinco años, dijo a la prensa Patricia Ebensperger, analista de la firma CB Capitales.
En el transcurso de este año el precio internacional del metal rojo acumula un aumento de 28,52 por ciento respecto del promedio de 2003, correspondiendo la mitad de este incremento a las alzas registradas en la bolsa londinense en las cinco últimas jornadas.
El valor del último año fue de 80,7 centavos de dólar para la libra, muy inferior al promedio de 1,14 dólares alcanzado por las cotizaciones de 2004 con el aumento de este miércoles.
Los analistas coinciden en atribuir el alza de las cotizaciones a la mayor demanda de cobre derivada del persistente crecimiento económico de China y de la reactivación de Estados Unidos, además de la esperada recuperación de la actividad productiva en Alemania y otras potencias de la Unión Europea.
Expertos consultados este miércoles por el diario chileno La Tercera dijeron que los aumentos están influidos igualmente por la especulación de bancos de inversiones, que detectan oportunidades de ganancia en compras de cobre en las bolsas metaleras, cuyas transacciones establecen el precio de referencia internacional.
La Bolsa de Metales de Londres, principal centro mundial para estos efectos, registró este miércoles una merma de 3.225 toneladas de sus reservas o stocks, que se situaron así en apenas 313.000 toneladas métricas.
Ese volumen cubre menos de 50 por ciento del crecimiento anual de la demanda mundial de cobre, estimada en 700.000 toneladas según Hernán Hochschild, presidente de la empresarial Sociedad Nacional de Minería en Chile.
Analistas del mercado de materias primas dijeron a IPS que la opción de los especuladores por los metales obedece al propósito de cubrirse ante el mal desempeño de los mercados de divisas, con una constante depreciación del dólar.
Los exportadores chilenos temen que el mayor ingreso de dólares por el incremento del precio del cobre derive en una mayor apreciación del peso chileno frente a la moneda estadounidense que perjudique sus operaciones externas.
El ministro Eyzaguirre se apresuró a disipar esas aprensiones. Dijo que los excedentes de ingresos por ventas de cobre serán íntegramente ahorrados y se destinarán eventualmente al prepago de deuda externa. Esos dólares no ingresarán al mercado de cambio nacional, aseguró.
El Estado chileno controla directamente alrededor de un tercio de la producción e ingresos generados por el metal a través de la Corporación del Cobre (Codelco), que gestiona cinco grandes yacimientos nacionalizados en 1971.
A comienzos de los años 90, Codelco tenía casi 70 por ciento de la producción, pero su participación declinó con el crecimiento de las inversiones privadas en el desarrollo y explotación de minas de cobre, sobre todo de firmas transnacionales atraídas por los altos precios que se mantuvieron hasta 1996.
La legislación minera implantada en 1983 por la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) favoreció el ingreso de capitales foráneos con exenciones tributarias y otros estímulos especiales.
La actual tendencia alcista en el precio internacional del cobre hará que retomen fuerza las demandas de sectores políticos y sindicales de que se cobre una regalía o derecho de explotación sobre la base de sus utilidades a las compañías privadas que actualmente controlan 66 por ciento de la producción de este producto básico en Chile.