Tras rechazar la invitación de Estados Unidos a unirse a sus planes de enviar una misión tripulada a Marte, China volvió a dejar claro que tiene sus propias ambiciones espaciales.
En marzo, Beijing reanudará el entrenamiento de 14 astronautas, suspendido durante las festividades del Año Nuevo Chino, con miras a lanzar el año próximo la nave Shenzhou 6 al espacio con dos tripulantes a bordo, anunció el diario Beijing Youth Daily, citando a Huang Weifan, director de investigaciones del Instituto de Selección y Entrenamiento de Cosmonautas.
En diciembre, el gobierno había anunciado que este año iniciaría uno de los más ambiciosos programas espaciales con el lanzamiento de 10 satélites, el comienzo de sondeos lunares y la preparación de su segundo vuelo espacial tripulado.
Las autoridades consideraron un ”salto gigante” la primera misión espacial tripulada, lanzada el pasado 15 de octubre, y afirmaron que el programa espacial de China estaba marchando de acuerdo a lo previsto.
”Aunque el gobierno todavía no cuenta con el programa de exploraciones lunares entre sus proyectos con fondos públicos, expertos espaciales han preparado el programa y es casi seguro que será aprobado”, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
La aprobación oficial del proyecto podría realizarse en marzo, cuando el Congreso del Pueblo (parlamento) realice su sesión anual.
Sun Laiyan, subdirector de la Administración Nacional del Espacio, anunció en diciembre que en 2007 China lanzará un satélite de exploración lunar. En 2010, enviará la primera misión lunar no tripulada, cinco años antes de la fecha prevista por Estados Unidos para regresar a la luna.
El presidente estadounidense George W. Bush anunció en diciembre un plan para establecer una base en la luna antes de 2020 y desde allí preparar misiones tripuladas a Marte.
Bush invitó a otros países a participar en el programa. ”Veo este plan como un viaje, no como una carrera, e invito a otros países a que se unan a nosotros en este viaje, en un espíritu de cooperación y amistad”, dijo el mandatario.
Como el tercer país que envió un ser humano al espacio después de Rusia y Estados Unidos, China conquistó uno de los primeros lugares entre las potencias espaciales.
Si se mantiene fiel a su historia, China seguirá su propio camino. Antes de enviar al astronauta Yang Liwei al espacio el año pasado, 42 años después de Rusia y Estados Unidos, China rechazó otras alternativas más rápidas y baratas para lanzar una misión espacial tripulada.
En 1984, Beijing rechazó la invitación del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, para enviar el primer chino al espacio en un transbordador estadounidense, y posteriormente desestimó una oferta similar del ex presidente ruso Boris Yeltsin.
”Es un enorme orgullo nacional poder afirmar que lo hemos hecho por nosotros mismos”, declaró Chen Lang, un veterano observador del programa espacial chino.
Por su parte, Estados Unidos ve con recelo los planes espaciales de China, y esto obstruye la cooperación entre ambos países en cuestiones espaciales.
En un informe presentado al Congreso el pasado verano boreal, el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, escribió: ”Aunque una de las motivaciones más inmediatas para el programa espacial chino parece ser el prestigio político, seguramente esos esfuerzos contribuirán a mejorar los sistemas espaciales militares entre 2010 y 2020”.
El ex primer ministro y la Comisión Militar Central, Jiang Zemin, destacó la importancia de la ”guerra de la información” en el siglo XXI y la necesidad de que China esté presente en el espacio.
En un gesto de buena voluntad, China permitió el mes pasado la visita a su centro espacial del jefe del Estado Mayor estadounidense, general Richard Myers, el mismo día en que Bush reveló los detalles de su plan espacial en la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Sin embargo, el día antes del discurso de Bush, Zhang Qingwei, director general de China Aerospace Science and Technology Corp. —el principal fabricante de cohetes y satélites—, anunció el ambicioso cronograma de lanzamientos de satélites para este año.
”Antes, el traslado de cohetes y satélites al sitio de lanzamiento y la preparación llevaban hasta tres meses. Ahora, lleva un mes o menos”, dijo Zhang, citado por la agencia Xinhua.
Si tienen éxito, los lanzamientos satelitales realizarán una gran contribución a la modernización militar de china. En la guerra de alta tecnología, los satélites proveen datos y comunicaciones cruciales.
Como los controles estadounidenses de exportaciones de tecnología impuestos en 1999 prohíben el lanzamiento de satélites estadounidenses por cohetes chinos, Beijing comenzó a forjar una alianza espacial con países europeos.
La alianza china con la fábrica francesa de satélites Alcatel Space y un nuevo acuerdo con la Unión Europea para participar en el programa satelital Galileo recibieron un nuevo impulso la semana pasada con la visita del presidente Hu Jintao a Francia.
Hu intentó atraer a empresarios franceses con una larga lista de proyectos que podrían beneficiarse de la tecnología y los conocimientos franceses, y recibió una calurosa bienvenida.
Pese al nerviosismo de Washington por las florecientes alianzas espaciales de China, le será difícil bloquearlas. (